Saturday, August 8, 2015

METAFÍSICA no es tabú

“Metafísica” es casi palabra tabú luego de muchas de las críticas anti logo céntricas, desconstruccionistas y post estructuralistas y otras vertientes de pensamiento crítico  que se pueden definir como adalides “de la posmodernidad” pero creo que hay errores de apreciación muy serios incurridos de manera autoritaria en nombre de la igualdad. A pesar de sus aciertos, creo que el excesivo énfasis posmoderno anti jerárquico y pro heterárquico aún se constituye en una especie de “absolutismo heterárquico” (aunque esto parece una contradicción y es más un oxímoron).

“Metafísica” no significa necesariamente “más allá” o “fuera de” la física. Primero, el uso de la prefijo “meta” solo se refiere a la posición de los libros escritos por Aristóteles acerca de la “ciencia primera”, libros que fueron física y espacialmente colocados por Andrónico de Rodas al lado, al costado o simplemente después de los libros de física (fisis, fusis) de Aristóteles. Estos “libros” trataban sobre los principios que se refieren a la realidad la cual (superando en parte al pensamiento aristotélico) puede ser física o no. Por supuesto que el uso de la razón o la ratio en Aristóteles era muy diferenciante y clasificador (el logoísmo criticado por varios posmodernos). Para distinguirse de la etapa más mítica de sus predecesores intelectuales Aristóteles generó la lógica del medio excluido lo cual estaba muy bien y fue un avance adecuado para su época; avance que no sirvió para fundamentar el desarrollo de la ciencia y el pensamiento moderno.

La crítica posmoderna al pensamiento de este tipo de “razón” desde Heidegger hasta la actualidad es a veces excesiva; también reduccionista, absolutista e imperativa. Lo que propongo es que el Principio de Identidad y pensamiento logoico no tiene por qué limitarse a la lógica bivalente, del tercero excluido y que, aunque la crítica posmoderna ES VÁLIDA contra los excesos del uso de esa lógica, generalmente no reconoce que puede solo tratarse de una etapa que puede ser subsumida (no eliminada) y trascendida para así retener lo mejor de la modernidad y la “razón clásica” para un rango de situaciones mientras que simultáneamente se aprende a utilizar (científica, culturalmente y en todo aspecto vital) una lógica de la complementariedad que puede incluir al tercero incluido.

Esa lógica (que también requiere un cambio de conciencia, de actitud y de sentir) sería más conectiva y – puesta en práctica - nos vincula con más aspectos de la “realidad” (inclusive aspectos “sutiles” no físicos y hoy considerados “mágicos” en un sentido ontológico). Esa lógica (aun sin el concepto abstracto de “lógica” era practicada de forma vivencial (quizás con muy poca diferenciación, abstracción y análisis) por muchos pueblos hoy llamados “pre-modernos” y mientras que su superioridad consistía en poder relacionarse vitalmente con todo (algo que debemos rescatar para co-crear una sociedad más sana hoy en día, su inferioridad consistía en la pobre capacidad de diferenciación. 

La “metafísica” como un logo centrismo bivalente basado en el Principio de Identidad debe llegar a la etapa post posmoderna también basada en el mismo Principio de Identidad que asimismo permite un logo centrismo de tres valores. Pienso que si se abandonase al logo centrismo, las explicaciones filosóficas solo quedarán en la crítica de los excesos anteriores, servirán para polarizar y no ofrecerán alternativas significativas y urgentemente necesarias a la sociedad planetaria en ciernes.  

Así como para Basarab Nicolescu -principal propulsor de la transdisciplinariedad- dos opuestos de carácter físico (digamos onda y partícula que también se relacionan en estado actual y complementario, uno respecto al otro) se pueden integrar en un nivel ontológico superior (el nivel cuántico) que representa al Tercero Incluido, el “pensamiento andino” con su concepción de “Yanantin” aplicado al de los “tres pachas” (“pacha” como conjunto de relaciones, mundo y tiempos) trata de forma quizás menos abstracta al mismo tipo de “complementariedad” primordial permitido por un entendimiento ampliado del Principio de Identidad.

La ciencia moderna con sus métodos estructuralistas nos ha brindado la posibilidad de hallar patrones de desarrollo en los ámbitos, biológicos, culturales, sociales y psicológicos. Por ello, a pesar de los excesos destructivos de pensar dicotómicamente clasificando para separar y distinguir las “partes” para el análisis, (algo muy distinto del aporte de los andinos pre modernos o ‘tradicionales’), la etapa del tipo de pensamiento racional moderno y eurocéntrico también aporta un progresivo descubrimiento de más formas de revelar lo posible. Las “etapas de desarrollo” no hubiesen sido descubiertas sin los métodos estructuralistas modernos pero tampoco pueden ser descartados.

Se estarían dando etapas de desarrollo cada vez más integrativas o permitiendo elementos para abarcar de forma consciente más aspectos de las posibilidades de realidad (o simplemente ‘de la realidad”). En etapas anteriores a una actitud “integral” o “integrativa” todos los desarrollos del pensamiento tiene aspectos exclusivistas, incluyendo a la etapa “posmoderna”. Antes de la toma en consciencia del pensamiento “racional clásico” (con los griegos, los hindúes y otros como líderes en esto) habría predominado sí en muchos casos (o en todos no lo sé) un pensamiento como el andino que usaba lo que hoy llamamos  “complementariedad” pero dentro de marco muy pronunciado de INDIFERENCIACIÓN. Luego, (por ejemplo desde Aristóteles o desde la filosofía Carvaka en la India) habría ido creciendo en mayores segmentos de la población un pensamiento apto para la DIFERENCIACIÓN clara y precisa entre aspectos tratados abstractamente como “cosas” y el mismo se asociaba a la lógica bivalente, sistematizada por Aristóteles con el medio excluido. Esta etapa se habría aplicado primero al pensamiento teológico (que asimismo suprimió por siglos el desarrollo científico ya que trataba de subsumir todo aspecto de la vida) donde se enfatizaba el aspecto de un Dios trascendente al mundo y la condena a las “cosas materiales”. Luego al surgir la “ciencia moderna”, estos dos factores primordiales de la influencia “eurocéntrica” (de un proceso histórico europeo que los adoptó primero) se extendieron al mundo actual disminuyendo la importancia de formas de pensar y ser anteriores.

En cada etapa de pensamiento pre integral se trata de suprimir a la etapa anterior. La diferenciación suprimió a las “supersticiones” de los pueblos de una etapa anterior de mayor indiferenciación en el pensamiento. La crítica actual a la diferenciación en parte (pero menos intensamente porque caería en una contradicción) también trata de suprimir a la diferenciación. 

Actualmente vivimos una fuerte crítica a la diferenciación sobre todo en el campo académico mundial que (aunque es parcialmente válida) a la vez puede ser excesiva y totalizante para así seguir diferenciándose de las etapas anteriores y auto afirmándose en su apego irracional a su propia etapa que puede comprender. La siguiente etapa post posmoderna sería una de aprender, preservar e integrar sin exclusión reduccionista irracional (y bajo un marco subyacente integrativo que permita un crecimiento continuo del saber en todos los campos), todos los aportes del saber, sentir, actuar de etapas diversas, todos los conocimientos, métodos y sabidurías del mundo. Esta “etapa” en realidad sería una nueva “macro etapa” o “meta etapa” (etapa que abarca múltiples etapas), un “giro” sin precedentes en la historia de la humanidad pues dejaríamos de escoger una verdad importante creyendo que necesariamente tenemos que excluir otra u otras. Esto estaría acompañado de una más amplia consciencia tomada como un espacio que puede abarcar más sin limitarse obsesivamente a un aspecto particular que ofrece sentido a la identidad personal. Podríamos “ver-sentir-saber” que el conjunto de verdades se unifica bajo patrones comunes que surgen de lo indiferenciado.

La indiferenciación es buena pero tiene sus limitaciones. La diferenciación es buena pero tiene sus limitaciones. La crítica a la diferenciación es buena pero – en su afán igualitario, anti jerárquico y heterárquico -  tiene sus limitaciones tales como las de a veces tratar de regresionar adoptar románticamente y en exceso las formas sociales de la indiferenciación. El camino que se abre de ahora en adelante (si no regresionamos auto destructivamente con un exceso de caos) es uno de inclusión pero una inclusión integrativa bajo una razón más amplia que (como Ken Wilber indicaría dentro de sus mejores aciertos) pueda abarcar las perennes categorías de lo físico, lo mental y espiritual pero tanto en un sentido individual como colectivo o múltiple.

Y la “metafísica” (como estudio de los principios de la realidad o lo que consideramos “real”) debe crecer más allá del apego a las dicotomías mutuamente excluyentes a las ideologías metafísicas aparentemente irreconciliables; 

Wednesday, August 5, 2015

De las Simetrías Metafísicas Hacia Una Filosofía Integrativa POST Posmoderna

Introducción

El siguiente es un intento por explorar principios filosóficos claves para aproximarnos a una filosofía integrativa post posmoderna que nos ayude a recuperar un significado personal y colectivo más allá del relativismo y de la práctica filosófica estancada en posiciones antagónicas que – generalmente limitadas por la lógica clásica - parecen irreconciliables. Intentando no fortalecer aún más un relativismo pseudo absolutista como opción a la filosofía clásica y moderna indagaré en la búsqueda de patrones comunes y/o principios conectivos jerárquicos universales, principios que trasciendan e incluyan tanto a los esquemas cognitivos rígidos y  exclusivistas (inspirados en la lógica aristotélica de distinciones), así como los esquemas más inclusivos y necesarios pero cuasi indefinidos inspirados en la lógica de complementariedad. La filosofía que debe surgir debería contar con la fuerza de la definición clara de la lógica clásica, el descubrimiento de la relación y la conectividad por medio de la complementariedad de la lógica dialéctica de relación y el reconocimiento de un orden lógico superior que subsume a las lógicas anteriores y se origina en lo verdaderamente trascendente.


Respecto al concepto básico de “metafísica” adopto una interpretación estándar. Para mi “Metafísica” es la rama de la filosofía que trata de la naturaleza del ser y de la realidad. En este sentido pueden haber varias formas de considerar a la “realidad” y así de tratarla: por ejemplo, algunas materialistas y otras espiritualistas (o idealistas como en Hegel) y no necesariamente (como frecuentemente se define de forma popular) solo como la exploración empírica de realidades ocultas y paranormales  que trascienden a la materia física. La “metafísica” tampoco tiene por qué ser necesariamente inmanentista enfocándose en la substancia material al estilo aristotélico, y tampoco tiene que ser necesariamente como Platón proponía al relativizar la substancia y transcendentalizar la Idea. 

La metafísica no tiene por qué contradecir a la ciencia sea que trate o no trate de realidades "suprafisícas" en un sentido que contraste con la física clásica. "Ella" puede de ahora en adelante aportar mucho más a la ciencia que está descubriendo realidades no limitadas al mundo físico cotidiano y el concepto de "ciencia" (incluso el de ciencia "natural") puede crecer o ampliarse adecuadamente sin perder fuerza, capacidad de predicción  y capacidad de acción. Podría desarrollarse una metafísica más madura que coherentemente integre o conjugue opuestos tradicionalmente demarcados en la historia de la filosofía y que lo haga de forma práctica y aplicable a la experiencia subjetiva y social, a la ciencia y no solo a la razón teórica. Por ello pienso que la “metafísica” puede llegar a ser útil más allá del campo especulativo, volviéndose interesante y apasionante al también aportar principios de relación y de interacción entre múltiples realidades físicas y sutiles. Al hacer esto también podría potenciar las ciencias naturales y ampliar la perspectiva humana en relación a la existencia. También pienso que el fundamento más radical (de raíz) que podría permitir esto se situaría en un plano no dual que es trascendental e inclusivo al de los opuestos como dicotomías clásicas y al de los opuestos como complementarios, subsumiéndolos. 


Aunque Aristóteles entendía a la metafísica como “la ciencia primera” y con ello se refería al estudio de los principios racionales de la realidad, la palabra “metafísica” adquirió una vaga connotación pobremente asociada a “aquello que trasciende al mundo físico” gracias a una exigua interpretación de ciertos escoliastas latinos cuando comentaban sobre el mundo clásico griego. Ellos probablemente mal interpretaron la frase “Ta metá fisiká biblia” (los libros situados después de los libros de física) escrita por el compilador y editor de los escritos de Aristóteles, Andrónico de Rodas quien trató de catalogar unos escritos sin título que se referían a una “proté filosofía” o filosofía primera. Sin embargo la “metafísica” no versa solamente en especulaciones sin referencia al mundo empírico y concreto puesto que hasta la ciencia empírica (que actualmente es primariamente materialista) hace uso de premisas “metafísicas” respecto a la naturaleza del ser y la realidad.


Sinceramente pienso que lo que podríamos llamar "el proyecto filosófico humano" (cuya "flama" aun persiste a pesar del positivismo, anti logoísmo, desconstruccionismo y predominio académico del materialismo) debemos continuar superando al relativismo pseudo absolutista. Pienso que aun la “metafísica” puede evolucionar en nuestra comprensión hacia una etapa mucho más inclusiva enriqueciéndose con factores o principios integrativos (y no reduccionistas) que perfectamente pueden abarcar y organizar los ámbitos científico, racional, místico-contemplativo y mítico. Así prosiguiendo con un espíritu de constante descubrimiento, la “metafísica” podría hacer uso de la experiencia empírica convencional y no convencional, del método científico, de la intuición y de una razón justificada por lógicas más comprehensivas que también puedan incluir y trascender a la aristotélica.

Toda verdad verificada por método y experiencia, de forma individual y colectiva de forma objetiva, subjetiva e intersubjetiva; todo lo verdadero, lo bueno y lo bello podría integrarse de forma siempre abierta a mayor contenido bajo principios universales que no restrinjan de manera monológica el proceso y discurso. Este ensayo es un intento inicial por empezar a trabajar con posibles patrones metafísicos, ontológicos y epistemológicos universales que nos ayuden a organizar el conocimiento – todo conocimiento - integrativamente y sin afán absolutista o imperialista.

Me nutro del trabajo de otros pensadores integrativos como Ken Wilber, Archie Bahm, Basarab Nicolescu, Edgar Morin y pensadores de la "sabiduría perenne" como Ananda Coomaraswamy, Rene Guenon y Fritjoff Schuon. También me nutro de pensadores griegos "clásicos" y de  los "presocráticos" y así como de la teología y metafísica racional medieval cristiana e islámica, además de pensadores modernos y posmodernos diversos, incluyendo a filósofos de la ciencia como Thomas Kuhn y Karl Popper, manteniendo un especial interés en hallar explicaciones ontológicas a los fenómenos cuánticos y a fenómenos a veces empíricamente verificables pero que aun hoy son (aunque cada día menos) generalmente considerados como "tabú" (denigrantes de la claridad con la que debe proceder un pensador académico "serio"); fenómenos parapsicológicos, ovnilógicos, mediúmnicos verificables (físicos y mentales) y, en general, "paranormales" que indican formas de interacción y posibilidades que deben también ser abordadas por la ciencia y la filosofía para ampliar nuestros horizontes mentales y culturales.

Además cabe destacar que intento comprender intelectual y participativamente el "pensamiento andino" y el de otros "pueblos originales pre modernos" muy afines a la idea de complementariedad y de la relación con toda realidad que pueda brindar una experiencia vivencial. Junto a estos "maestros" tengo un especial interés en hallar el trasfondo común de diversas escuelas y presentaciones relacionadas al tema de la "no dualidad" y busco patrones comunes detrás de enseñanzas herméticas, cabalistas, y esotéricas tanto de oriente como de occidente. Como mencioné en el párrafo anterior, considero que verdaderamente hay factores o principios integrativos comunes a todo conocimiento, haciendo posible una integración no reduccionista (y siempre "abierta" a mayor crecimiento, evolución y nuevo contenido) de los principales "saberes" esenciales del conjunto de "maestros" anteriormente mencionados.

No trato de adecuarme a una sola doctrina y/o ideología dentro una etapa de pensamiento y sentimiento (un “sentipensar”) y práctica pre integralista sino que trato de vislumbrar sus verdades comunes bajo un discurso lógicamente posible y más conectivo con factores o principios subyacentes.


Si definimos “metafísica” como nuestra premisa básica acerca de lo que consideramos primeramente real veremos en primera instancia que al menos ocho importantes “metafísicas” conocidas encajan dentro de una estructura lógica simétrica formada por opuestos complementarios.  Este esquema empezó a ser desarrollado por Archie J. Bahm, filósofo emérito de la Universidad de Nuevo Méjico como parte de una búsqueda aún más amplia que denominó “ORGANICISMO”.

Sin embargo, (probablemente debido a su espíritu reconciliador en una época en que las controversias y los excesos de la escuela analítica y el desencanto con el pensamiento metafísico clásico atraían más y llevarían al “fin de las ideologías”) las consecuencias de este estudio han pasado casi desapercibidas porque –aun a pesar del giro posmoderno – continuamos pensando y haciendo filosofía de forma excesivamente dicotómica, competitiva y mutuamente excluyente, recalcando (por sobre otros modos lógicos razonables) el “medio excluido” y la mutua negación de afirmaciones o postulados metafísicos que - entendidos distintamente - podrían ser considerados como simultáneamente válidos. En pocas palabras – como probablemente diría Ken Wilber, otro importante filosofo integracionista– aún son pocas las personas (incluyendo a muchos filósofos profesionales) capaces de pensar de manera “integral”, reconociendo principios universales y organizativos que pueden reconciliar múltiples verdades en probablemente todos los campos del conocimiento.


En los niveles de realidad explicables por lógicas de la complementariedad (por ejemplo físicamente con la Teoría Cuántica de Campos), cuando los opuestos materiales fundamentales poblando el espacio interactúan (como los pares de partículas y anti partículas virtuales de existencia demasiado breve para nosotros como para ser detectables), estructurándolo con sus respectivos campos y/o “condensados” (versiones cuánticas de lo que podría ser un “éter” capaz de adoptar múltiples estados o “fases” negando la existencia de un vacío absoluto en términos físicos) surge la novedad; esto es, nuevas influencias físicas nutriendo (sosteniendo) y modificando inclusive hasta las partículas y campos “reales” (detectables) de la realidad sensible.


En un sentido relativista a gran escala podríamos decir que inclusive el “tensor métrico” del espacio-tiempo sería otra expresión de este “éter” en gran parte conformado por opuestos interactuando y que sostienen a nuestro universo inclusive anti entrópicamente. La reconciliación de los opuestos por lo tanto sería “generativa” y “creativa” para fermiones y leptones reales relacionándose con sus respectivas partículas virtuales pero no surgiría “a partir de la nada” sino a partir de una posible substancia material muy sutil, como un híper fluido que generalmente no produciría fricción. También surgiría de una relación determinista entre sus estados de energía positivos y “negativos” (en este caso estados de energía inferiores al promedio del vacío cuántico). Así, la aparición constante de estados energéticos continuamente renovables estaría ligado a, nivel físico, a la interacción entre opuestos y - a mi modo de ver - a un posible nexo entre potencialidades de información pre-físicas y el universo (o universos) físico(s);  un nexo con influencias físicas reales que muchos científicos están empezando a reconocer bajo la forma de “condensados” y de otros aspectos de la “energía del vacío”. 

Pienso que la física se halla enfrascada en un gradual descubrimiento de un estado del ser intermedio entre mundos regidos por la causalidad objetiva exterior a los cuales la lógica del medio excluido se aplica mejor y mundo regidos por una causalidad en la cual lo exterior objetivo y lo interior subjetivo son igualmente co-causales. A este estado de ser intermedio semi físico en el sentido clásico  (quizás referido bajo el concepto de "potentia" por Heisenberg) también lo llamamos "mundo cuántico", "vacío del espacio", "tensor métrico" (sea lo que fuere que representa), "campos escalares", "potencial cuántico" entre otros nombres. Antiguamente (antes de convencernos experimenta y teóricamente que no existía como medio luminífero estático) en occidente preferíamos llamarlo "éter" un término cuya etimología griega se refiere a la "atmósfera iluminada de los dioses" y cuya existencia en vez de haber sido completamente descartada (como popularmente se piensa aun entre científicos) a ido simplemente mutando.


Si en conjunto el proceso de reconciliar opuestos generase y estabilizase el nivel de universo físico que normalmente detectamos, de modo análogo pienso que el trabajar con una estructura meta conceptual que reconcilie los “opuestos metafísicos” o filtros ideológicos fundamentales a través de los cuales interpretamos la “realidad” y sustentamos nuestras ideologías (supuestos ubicados en las posiciones “metafísicas” permitidas por una estructura lógica simétrica basada en la complementaridad) se generaría una visión filosófica más amplia, útil e integrada en filosofía…un siguiente paso de influencia teórica más allá de la algo estancada situación actual.

Sería como descubrir un mundo más amplio que enriqueciese el discurso filosófico reconciliando y abriendo nuevas vistas sin dejar de incluir todo el rigor basado en la lógica clásica de definiciones claras y de la exclusión apto para varios aspectos de la realidad. De validarse estas propuestas superando a un holismo soso nos moveríamos hacia un renacer filosófico, una nueva confianza en la “búsqueda de la verdad” estabilizado en un nivel más integrado y menos dicotómico en el cual podría congruentemente existir un reconocimiento y diálogo entre los ideólogos y sus ya compatibles premisas fundamentales.


La indagación de Archie J. Bahm (quien también  fue profesor de religiones comparadas y en gran parte se inspiró al estudiar la relación Yin/Yang del taoísmo) se dirigía a descubrir las bases para una “filosofía mundial”  más apta para la cada vez más estrecha convivencia planetaria. Pienso que lo que he denominado como sus “simetrías metafísicas” también empezaron a ser simultáneamente incluidas y trascendidas de forma aún más integrativa y menos relativizante en el curso del desarrollo de su original posición filosófica: el “Organicismo”. Estas simetrías (apreciadas a lo largo de una línea vertical intersectada por una línea horizontal) harían que varias de las más importantes “metafísicas” adoptadas por distintas culturas en distintos lugares, tradiciones ideológicas y épocas fuesen simultáneamente EQUIVALENTES: El Vedanta, el Monismo Neutral, el Creacionismo de Boodin (limitado a lo existente) y el Dualismo en la línea vertical. También el Espiritualismo, el Emanacionismo, el Emergentismo y el Materialismo en la línea horizontal.  


Breve explicación. En la línea vertical para el Vedanta ni espíritu ni materia existen pero son aspectos ilusorios de su dimensión común Nirguna Brahman. Para el Monismo Neutral espíritu y materia son aspectos dependientes de una substancia subyacente común. Para el Creacionismo (en la versión de Boodin parecida al panteísmo de Spinoza) se mantiene la relación de dependencia mutua limitada a la estructura existencial de complementariedad. En esta versión el espíritu (entendido como “Dios”) y la materia son mutuamente dependientes. Para el Dualismo el espíritu y la materia ambos existen en completa independencia y no dependen de algo.  Luego, en la línea horizontal para el Espiritualismo solo existe el espíritu (o la idea en algunas ideologías). Para el Emanacionismo la materia depende del espíritu. Para el Emergentismo el espíritu depende de la materia. Para el Materialismo solo existe la materia. El ORGANICISMO es la novena posición central donde confluyen o se intersectan las otras ocho posiciones.


                                                                         Vedanta

                                                                    Monismo Neutral

       Espiritualismo  Emanacionismo            Organicismo       Emergentismo Materialismo

                                                                   Creacionismo (de Boodin)

                                     Dualismo

"Para el organicismo cada una de las otras 8 teorías expresa una verdad fundamental en sus aserciones positivas, pero cada una de ellas es inadecuada en cuanto a que sus aserciones negativas niegan verdades fundamentales encarnadas en las afirmaciones positivas de las otras.  Esto es, el espiritualismo esta en lo correcto al afirmar que el espíritu existe pero errado en negar que la materia existe. El materialismo esta en lo correcto en creer que la materia existe pero incorrecto en afirmar que el espíritu no existe. El emanacionismo está en lo correcto al afirmar que la materia depende del espíritu pero errado al afirmar que el espíritu no depende de la materia. El emergentismo es verdadero cuando afirma que el espíritu depende de la materia pero falso en presuponer que la materia puede ser completamente independiente del espíritu. Los vedantistas y monistas neutros verdaderamente afirman que el espíritu y la materia son aspectos de algo subyacente a ambos pero falsamente niegan que el espíritu y la materia carezcan de alguna independencia. Los dualistas y creacionistas correctamente afirman que el espíritu y la materia ambos existen más o menos de manera independiente pero se equivocan en la medida que pretenden que la una completa independencia de la materia y el espíritu en relación mutua y de algo que los subyace a ambos. Entonces el organicismo se opone a cada una de las otras teorías al rechazar sus declaraciones negativas pero asume para sí las afirmaciones positivas de cada una de ellas". (Archie J. Bahm (1996): Organicism: Origin and Development: World Books.

En la misma fuente Bahm menciona que:

"El organicismo afirma que cualquier totalidad tomada como la más completa también funciona de otras formas como parte de una totalidad superior.  Solo al admitir que ningún nivel es el máximo o mínimo permitido puede el organicismo mantener su fe en la interdependencia constante de la unidad y la pluralidad, lo total y lo parcial, el espíritu y la materia. Ya que el organicismo acepta el cambio como la máxima característica de la existencia ve a toda totalidad, incluyendo al universo, como cambiante cada vez que hay cambio en sus partes. Los todos cambian parcialmente en todos con partes diferentes. En cuanto a que son todos con las mismas partes son los mismos todos pero en cuanto a que son todos con distintas partes son distintos todos".

"La relación de identidad - la más interna de todas las relaciones - es parcialmente externa ya que cada relación posee dos fines que al ser distintos son externos uno respecto al otro". Para el organicismo cada relación tiene aspectos internos y externos puesto que cada relación tanto separa sus términos una respecto al otro como los une uno respecto al otro.

"Inclusive la relación de negación que es la más externa de las relaciones, es parcialmente interna ya que dos cosas no pueden ser su negación mutua sin ser dependientes entre sí para tal negación".

"Una tesis organicista es que la existencia TAL COMO SE EXPERIMENTA presenta sus condiciones esenciales aparentes como opuestos polares y que cada vez que tales polaridades aparecen, NUEVE tipos de explicaciones teóricas se desarrollan".

En cuanto a los polos  "Para el organicismo ambos polos existen y aquello que es polar existe interdependientemente, esto es, parcialmente independiente y parcialmente dependiente de su polo opuesto. Y aquello que es polar es parcialmente independiente y parcialmente dependiente de sus polos. Aquello que es polar no puede ser reducido a uno o a ambos de sus polos sea en su totalidad o parcialmente. Un polo no puede ser reducido a su opuesto ni a aquello que es polar de forma parcial o total".

Bahm nos indica que "El organicismo es definido en términos de sus relaciones a las otras 8 teorías (metafísicas). Es dependiente (idéntica con sus afirmaciones positivas) e independiente de ellas (distintas a ellas en cuanto que niega sus afirmaciones negativas). Pretende ser una nueva síntesis debido a la manera como se relaciona con estas 8 teorías y es “nueva” debido a la forma original en que niega sus negaciones lo que resulta en una nueva forma de relacionarse y en una nueva técnica operacional respecto a cómo llega a soluciones de problemas metafísicos y de otros asuntos filosóficos".


El lado positivo de este esquema es que nos ayudaría a crear una cultura de respeto y convivencia intercultural planetaria al demostrar que los supuestos más importantes que subyacen a muchas importantes ideologías y doctrinas religiosas, científicas y políticas serían igualmente necesarios, surgiendo de la misma capacidad de pensar en relación a LO QUE ES (posteriormente trataré de abundar en este particular). La EQUIVALENCIA entre estas metafísicas y su mutua necesidad en un posicionamiento simétrico nos demostraría que no habría necesidad de andar peleándonos a nivel mundial para reafirmar y defender los supuestos que subyacen a las tradiciones, ideologías y/o doctrinas con las que personalmente nos identificamos. Desde una lógica de relación y de complementariedad (a mi modo de ver una de las tres lógicas primordiales permitidas por el Principio de Identidad) habría que reconocer la igual importancia de las ocho posiciones metafísicas siempre y cuando nos limitemos a entender la realidad como existencia contingente. Las ocho posiciones metafísicas serían válidas en todas las realidades contingentes como las tres subdivisiones clásicas de la realidad (a veces llamada “La Gran Cadena del Ser”) en mundos físicos, mentales y celestiales reconocidos por algunos tratados védicos, budistas, por teologías místicas sufíes y por filósofos perenialistas como Lovejoy. 


Según Archie J. Bahm, “Organicismo” significa aceptar como simultáneamente válidas las afirmaciones positivas de las ocho “metafísicas” así como rechazar sus mutuas negaciones exclusivistas. Además, Bahm en su libro “Organicism: Origin and Development” demuestra con rigurosidad lógica cómo las afirmaciones esenciales de aparentes opuestos irreconciliables tienen “sentidos” o formas de ser razonables en los que además de ser opuestos claramente distinguibles también pueden ser complementarios, suplementarios y simultáneamente válidos. Además al reconocer el sentido  excluyente de una afirmación y el sentido complementario se descubre una lógica rigurosa que  trasciende a un Principio de Identidad que solo produce interpretaciones clásicas con el medio excluido.  En otras palabras el “Organicismo” de Bahm abre las puertas a una lógica más amplia y comprehensiva y a una ampliación de lo que entendemos por el “Principio de Identidad” A = A.


El lado negativo de este esquema es que no nos ayuda a trascender la tendencia hacia un relativismo metafísico y filosófico actual en el cual da igual aceptar una verdad o posición metafísica que otra, un fundamento indivisible (como la unidad trascendental en el Vedanta) o uno dividido (como en el Dualismo). Daría igual el espíritu o la materia.  Por eso creo que aunque el organicismo de Bahm supera las relaciones dicotómicas de la lógica clásica y es un avance filosófico importante (incluye y trasciende las relaciones opuestas con el medio excluido sin que este tipo de relaciones dejen de ser necesarias) este aún permanece fundamentado en la dualidad llegándose a entender al cosmos como un organismo autosuficiente bajo tensiones polares dinámicas.


En este ensayo intento ir más allá de lo pensado por Archie J. Bahm al hallar que su esquema organicista conjuga bastante bien con un aspecto esencial de otro modelo que pretende superar e incluir a la pre modernidad, la modernidad y a la posmodernidad: la “Teoría (o Meta Teoría) Integral” del (filósofo y místico) Ken Wilber. Desafortunadamente, en parte por ser una evolución del  pensamiento liberal occidental-estadounidense, por ser un filósofo budista auto didacta, y por haber sido uno de los padres de la sicología transpersonal, no se sabe cómo catalogar al trabajo de Wilber que aún no es muy reconocido en los medios académicos internacionales. 


Los elementos que Wilber denomina “cuadrantes” coinciden con algunas ideas de Bahm y a mi modo de ver se originan en extremos polares como subdivisiones duales de lo inefable y estas subdivisiones representan áreas (o modos) de expresión ontológica así como de interpretación y experiencia epistemológica. Su modelo integral también incluye “niveles” (de desarrollo), “líneas” (capacidades o formas inteligentes de organización), “estados” (de consciencia, de materia, de sistemas de cosas, de organización cultural) y “tipos” (tipologías); cinco “elementos” con los que la realidad se expresaría, y con los que podríamos relacionarnos tanto ontológicamente como epistemológica y/o interpretativamente.


Interesantemente, el origen de los “cuadrantes” de Wilber (formando áreas de relación ontológicas y epistemológicas en cuanto a lo subjetivo, lo intersubjetivo, lo objetivo y lo inter objetivo) coincidirían con los extremos de los opuestos polares dentro del diagrama organicista de Bahm que contiene a las ocho metafísicas mutuamente necesarias para que se establezca un diálogo dinámico apto para promover una comprensión cognitiva que podría continuamente desarrollarse sin ser finalmente alcanzada.  Los “cuadrantes” (un aspecto fijo o estático de los “cinco elementos” de la Teoría Integral) y los restantes cuatro “elementos” que estos contienen (los “niveles”, “líneas”, “estados”, y “tipos”) serían las expresiones estructurantes de lo simultáneamente completo e incompleto, del “holon” o manifestación organizativa fundamental bajo la cual supuestamente se presenta todo lo existente contingentemente (como parcialmente completo e incompleto) o toda “ocasión” como diría A.N. Whitehead si nos limitáramos a su realidad existencial como proceso dinámico.                     


A mi modo de ver, tanto la Teoría Integral como el Organicismo parten de una dialéctica entre cuatro opuestos fundamentales o primarios que , a su vez, surgirían lógica y ontológicamente del Principio de Identidad, idéntico al Ser Absoluto bajo el viso de lo identificable, experimentable e interpretable a través del “filtro” o “apariencia” de la dualidad. Ambos modelos reconocen a lo ontológico y a lo epistemológico como inextricables y dan algunas de las primeras pautas para desarrollar una Filosofía Mundial Integrativa.  Además coincidirían en parte con varios principios básicos detrás del “Pensamiento Complejo” de Edgar Morin, de los intentos por desarrollar una “transdisciplinariedad” de Basarab Nicolescu y del “neo realismo” de Roy Bhaskar. También serían compatibles con estudios de la auto organización y ciencias de la complejidad.   


Deseo nuevamente hacer hincapié que el concepto del “HOLON” (una parte que es simultáneamente un todo y algo incompleto) de Arthur Koestler también sería sumamente aplicable al intento de una filosofía integrativa post posmoderna así como un suplemento necesario a todos estos esquemas conceptuales puesto que podría representar a lo existente como fundamentado en lo no dual y estable así como una expresión dinámica e incompleta pero dependiente de lo estable.


La aproximación filosófica clásica (que desemboca en un relativismo inconsistente en la posmodernidad) de distinciones claras y específicas sería una primera fase filosófica permitida por una comprensión dicotómica del Principio de Identidad. Esta fue y aún es necesaria para diferenciar racionalmente y metodológicamente los ámbitos de la cotidianeidad, la religión, el mito, la ciencia y el logos, ámbitos que anteriormente – antes del pensamiento “racional” y “clásico” - se hallaban prácticamente fusionados en la experiencia humana. Luego, la aproximación filosófica horizontal o igualitaria (en la cual la complementariedad de los opuestos y sus correspondientes versiones metafísicas pueden subsistir) sería  una segunda fase filosófica permitida por una comprensión complementaria del Principio de Identidad. En esta segunda fase lo Interior en relación a lo Exterior y lo Unitario en relación a lo Múltiple (polaridades básicas generadas por el ser entendido y manifiesto de forma dual) tendrían el mismo valor y ninguno predominaría sobre su opuesto complementario. Esta fase también sería más reconocible bajo una forma “fusionada” y poco sistemática en culturas pre modernas con una relación de intercambio equitativo cercanas a la naturaleza.


En una tercera fase lógica también permitida por el Principio de Identidad (al que bien podríamos llamar un “Principio de Identidad Integral”) la filosofía retornaría a jerarquizar las diferencias, polaridades y posiciones metafísicas según la prioridad de lo interior e indivisible por sobre lo aparente. Dicho de otro modo, la primera fase de la filosofía adrede racional haciendo uso del medio excluido prioriza lo exterior y múltiple o al “otro” aparente para juzgar y entender la realidad, incluyendo frecuentemente la realidad subjetiva, cultural e interior. Luego en la segunda fase se reconocería la igualdad racional y relacional entre lo Interior y Exterior, y entre lo Indiviso y lo Múltiple. Esta sería una fase intermedia representada por el Organicismo, por una gran parte del pensamiento posmoderno y por filosofías excesivamente igualitarias. Finalmente, en la tercera fase se reconocería que las divisiones necesarias para un mundo contingentemente existente se originan implicancias sobrepuestas a un fundamento identitario que trasciende, sostiene y contiene estas divisiones.  A este fundamento original podríamos llamarlo “Ser absoluto”, “Aquello que Es” o “el Ser”.


Las "tres fases" representarían tres formas de lógica y de causalidad intrínsecamente inseparables en todo lo que se manifiesta y a través de las cuales el Ser continuamente  sostiene, relaciona y organiza a lo contingente y lo contingente – mientras funcione bajo la vivencia de lo distinto y separado - siempre tendría que tratar de auto perpetuarse extendiendo vínculos hacia lo que aparentemente se halla fuera de sí.


Aquello que ES
Todo lo que experimentamos, percibimos o detectamos tiene la cualidad de SER tanto en el ámbito de lo cualitativo como en el de lo cuantitativo. Inclusive (en un sentido parmenidiano) al pensar en lo que no es se reconoce algo en ese “no es” (es algo que no es). Si reconocemos a LO QUE ES (la identidad primaria, el ser o noumenon más esencial detrás cualquier detección, interacción, develación, interpretación y reconocimiento) podemos empezar construyendo una filosofía específicamente definida y mutuamente excluyente de definiciones opuestas compitiendo por la supremacía. También, en un nivel de abstracción superior basado en la complementariedad de las posiciones filosóficas podemos realizar una “filosofía de la filosofía” (o “meta filosofía” en un sentido derivado de “meta teorema” o de “meta abstracción” del filósofo analítico Quine). Finalmente, podemos llegar a lógicamente entender que el ser como propio a sí mismo es aún más fundamental (y mutuamente inmanente en la diversidad) y entre polos opuestos complementarios por lo que podemos construir una filosofía de la inmanencia mutua en la trascendencia.  Como demostró Nagarjuna (y se representa en la escuelas Indias de lógica que proponen al “Catuskoti”) no hay nada que pueda demostrarse de forma final, absoluta, completa y coherente utilizando elementos de juicio comparativos clásicos y elementos de juicio complementarios pero exteriores lo que se desea demostrar.


Si incluimos simplemente a “P” como un elemento más tendremos al “tetralema” compuesto de cuatro elementos lógicos inseparables pero si queremos contrastar la dinámica polar entre P y No-P surgen tres momentos de relación que son (en la versión afirmativa o positiva): P  o No-P; Ambos P y No-P; ni P ni No-P.  El primer momento se asocia a una lógica clásica (generalmente considerada occidental, “racional” y moderna) aristotélica. El segundo momento se asocia a una lógica de la complementariedad y de la RELACIÓN característico de muchas culturas consideradas “pre-modernas” en las que se subraya una relación viva y sinérgica con la existencia contingente o la naturaleza en todos sus niveles. El tercer momento se asocia a una lógica recursiva aparentemente infinita  que conduce a la interiorización de una lógica de interconexión perpetua de relaciones y recursiones contingentes representada por la imagen de la “Red de Indra”).


La tercera lógica permitida por lo que más bien podría llamarse el “Principio de Identidad Integral” requiere del reconocimiento de la existencia mutuamente implicada, no solo de los opuestos polares sino también de toda cosa, evento, experiencia y ocasión que (representada por el “holón”) es simultáneamente completa e incompleta o todo y parte. Así vemos que nada que pueda definirse aparte de su propia interioridad indefinible es en última instancia una definición real sino como diría Wilber sería una REVELACIÓN (según el método usado) inextricablemente acompañado de una INTERPRETACIÓN según el nivel de comprensión y el método utilizado para revelar. Se revela algo ontológicamente real y se interpreta según subjetividad. Quizás Kant también lo entendería más bajo el aspecto de interpretación. Solo la experiencia no dual sin objeto podría trascender a los modos lógicos de entender.


Cabe notar que la inmanencia mutua también se personifica en el símbolo del Yin/Yang con una pequeña (y probablemente fractal) representación del opuesto dentro de cada polo, sugiriendo que en su interior se halla su opuesto y que se puede superar la diferenciación.


Más allá de esta tercera lógica de lo mutuamente implicado o inmanente obviamente queda aquello que simplemente Es pero que no se puede calificar y que (salvando las diferencias) también correspondería al “Noúmeno” de Kant. Por esto Nagarjuna utilizó el recurso de llegar a los límites de la lógica para ayudar a quienes insistiesen en reconocer en la budeidad el (metafóricamente hablando) “vacío y plenitud” de lo innombrable finalmente convencidos que es necesario abandonar toda búsqueda contrastante, complementaria e inclusive el propio límite lógico logrado por Nagarjuna posiblemente referente a una infinita recursión entre los interiores de lo existente.


Lo que ES (el Ser en sí mismo) visto e interpretado bajo la apariencia y experiencia de la dualidad y limitación (necesaria para la existencia relativa, la interacción con ella y el cambio) implica que (al menos mental y comparativamente) hay un “otro” o un supuesto “aquello que NO ES” y esta relación simultáneamente asimismo implica a lo que ES como a un UNO indivisible y a lo que NO ES como a un “otro”, o un según que implica más de uno, el origen de la subdivisión, la multiplicidad, la pluralidad y la multiplicación.


Por ello dentro de la visión dual (al experimentarse y reconocerse divisiones “lógicas” en el ser) la No-Dualidad de lo que ES (el ser en sí más allá de las distinciones) genera cuatro “extremos” polares definidos, complementarios y mutuamente inmanentes pero, en última instancia, dos de ellos reales y dos de ellos contingentes-relativos. Por estos cuatro extremos la epistemología de lo comprensible y la ontología de lo existente representarían cuatro “dimensiones” que son los extremos polares mencionados: 1) Lo “Individual”, Unitario o Indivisible; 2) “Plural”, Dividido o Colectivo, lo “Interior” (lo que es propio a sí mismo o Interior a sí mismo) y lo “Exterior” o públicamente objetivo, un “otro” que se distingue subjetiva y públicamente.


Mientras que los “cuadrantes” de Wilber (el más fundamental de sus “cinco elementos”) combinan a los cuatro extremos polares de dos en dos formando cuatro áreas de realidad e interpretación (lo “INDIVISIBLE” –que él llama “Lo Individual” -  con lo “INTERIOR” resulta en el cuadrante de lo “Subjetivo”; lo “INDIVISIBLE” con lo “EXTERIOR” resulta en el cuadrante de lo “Objetivo”; lo “PLURAL” con lo “INTERIOR” resulta en el cuadrante de lo “Intersubjetivo” o “Cultural”; y lo “PLURAL” con lo “EXTERIOR” resulta en el cuadrante de lo “Inter Objetivo” o “Sistémico”. Los “niveles”, “estados” “tipos” y las “líneas” que son otros elementos necesarios para describir la realidad comprensivamente pueden representarse dentro de los “cuadrantes” y por ello estos últimos serían más fundamentales.


En el esquema de Archie J. Bahm (donde las ocho metafísicas que corresponden se sitúan a lo largo de dos líneas cruzadas) la metafísica llamada “Vedanta” (que solo admite una realidad) correspondería al extremo definido como “lo Individual” y su extremo opuesto simétrico sería el “Dualismo” (que admite dos realidades metafísicas tales como “espíritu” y “materia”).  También la metafísica básicamente llamada “Espiritualismo” correspondería al extremo definido como lo “Interior” y la metafísica básicamente llamada “Materialismo” correspondería al extremo definido como lo “Exterior”.


El Inicio
Recapitulemos: Existe un espectro de posiciones metafísicas ubicables dentro de una estructura conceptual simétrica en la que todas son necesarias para que esta estructura sea consistente. La estructura depende de la relación dinámica entre polos opuestos complementarios ocupados por posiciones metafísicas fundamentales. Para que exista esta relación debemos empezar con una división importante considerando que lo que simplemente “ES” (una realidad ontológica y de comprensión indiferenciada) implica (bajo un juicio y experiencia dual) una distinción o diferenciación primordial: lo que NO ES. Pero esta diferenciación también es y es algo que se puede reconocer en contraste en base a la Identidad original o Ser original. Inclusive lo que no es....es.  Sin referencia al Ser original, el “no ser” no se podría concebir ya que es un “no ser” relativo y no ABSOLUTO.

Luego, aquello entre lo que es y lo que no es implica una relación, esto es, un tercer elemento o un tercer momento metafísico primordial estructurante que es ontológico y epistemológico. Lo holones reflejan estos 3 momentos así como las tres lógicas principales y la posible existencia de tres variedades principales de realidad (la Causal, la Mental y la Física).

 En un primer momento metafísico tenemos lo que es; el Ser y lo que ES implica algo indiviso, suficiente y propio a sí mismo pero en un sentido dual también implica la existencia de "lo que no es", o un "otro" exterior. En esta relación dual (ya en un segundo momento metafísico) tendríamos a lo "interior" y a lo "exterior" y por eso mismo inextricablemente tendríamos un lo individual, unitario o indiviso y lo colectivo, diviso, plural. 

        



Por ello surgirían CUATRO “dimensiones” siempre basadas en la relación entre lo que ES de modo absoluto y las apariencias implicadas desde una comprensión dual, relativa, polar o contingente. En breve, surge lo individual, lo plural, lo interior y lo exterior. Y estas "dimensiones" definirían cuatro "espacios" de manifestación o (según Wilber) "cuadrantes" según los cuales se manifiesta los objetos y seres de la realidad y según los cuales se puede revelar o interpretar a los objetos y seres de la realidad.  
                                                         
                                            

Aquello que ES dualmente hablando implica una subdivisión entre el “sí mismo” de lo que simplemente ES como uno indiviso y un “otro” exterior que simultáneamente muestra de forma relativa que existe algo más que la unidad; un “otro” como una dimensión de subdivisión o pluralidad. Así surgen las cuatro “dimensiones” del Ser entendidos como una expresión dinámica bajo la finitud y la dualidad: lo indiviso (normalmente denominado lo “individual”), lo plural o “colectivo”, lo propio a sí mismo o “interior”  y lo ajeno a sí mismo o “exterior”. El Ser en sí mismo y como unidad trascendería pero incluiría de forma Panenteísta (no panteísta) y sin estar limitado a todo el mundo relativo que se generaría expresado en cuatro áreas o cuadrantes primordiales: Lo Interior y lo Individual combinados formarían el cuadrante de lo subjetivo o de lo intencional; del Ser como conciencia individualizada, imagen de lo inefable y lo bello como nuestra experiencia primaria de ser individuos conscientes.


Lo Interior y lo Colectivo combinados entre sí formarían el cuadrante de lo intersubjetivo o cultural, cuadrante del reconocimiento del “otro” subjetivo generando en el encuentro (como en un “Tinkuy” andino) un “tercero”; que en términos positivos lograría un acuerdo para el Bien común. 

Lo Exterior y lo Individual combinados entre sí formarían un “otro” exterior como objeto único, individual y colectivamente (esto es “objetivamente”) identificable. Lo Exterior y lo Colectivo combinados entre sí formarían a la inter objetividad o sistemas de objetos. 

Los cuadrantes pueden naturalmente contener o expresar métodos de indagación (como la fenomenología y la introspección y la sicología “más científica” basada en estudios estructuralistas para el cuadrante “subjetivo”; la etnometodología y la hermenéutica para el cuadrante intersubjetivo (o cultural); la autopoiesis  y el empiricismo para el cuadrante “objetivo” y la autopoiesis social y la teoría de sistemas  para el cuadrante inter objetivo) para así descubrir cada aspecto principal de la realidad que representan.





El diagrama anterior (de Wilber) muestra las 4 "dimensiones" básicas combinadas en 4 áreas de expresión o "cuadrantes", cada una con sus propios "métodos" (en ocho "zonas" metodológicas) para descubrir correspondientes aspectos de la realidad y experiencia. Todos los descubrimientos de la humanidad estarían ligados a estas "zonas" y "cuadrantes" y el origen común a los cuadrantes permitiría una visión integrada y mutuamente necesaria de los mismos. Por ello – pensando de forma más completa e inclusiva - no sería posible, por ejemplo, privilegiar lo psicológico sobre lo objetivo o lo individual sobre lo colectivo a menos que volvamos a pensar de forma monológica y reduccionista. Adoptar esta forma de pensar y sentir y vivir constituiría un cambio histórico sin precedentes conocidos y serviría para vivir más armónicamente en una sociedad planetaria donde la información, el rol de la consciencia y vínculos transplanetarios se vuelven imprescindibles.

Los “cuadrantes” derivarían del momento formativo anterior con tres elementos. Debido a que el cuadrante de lo subjetivo se expresa, vive, entiende y se entiende en Primera Persona (yo) podríamos decir (en términos de los valores platónicos del Bien, la Verdad y la Belleza) que estaría representado por la “Belleza” que principalmente se entiende de forma subjetiva inefable. El cuadrante de lo intersubjetivo o intercultural se expresa, vive, entiende y se entiende en términos de relación entre subjetividades. Correspondería al valor del Bien.


Los dos cuadrantes “exteriores” (de lo objetivo y lo inter objetivo) se expresan, viven, entienden y se entienden en Tercera Persona y  podríamos decir que estarían representados por el valor de la “Verdad” o correlación entre la teoría interior y la observación exterior. Interesantemente quizás la integración de los “cuadrantes” se podría abreviar simbólicamente con la Bandera de la Paz de Roerich en la integración de los valores platónicos de lo Bello, lo Bueno y lo Verdadero surgiendo de la unidad del Ser.


Mientras los cuadrantes formando áreas por la intersección entre lo indivisible, dividido, propio a sí mismo y exterior a sí mismo representan un aspecto simétrico estático, sus relaciones y los elementos que contienen pueden ser dinámicos. Por otro lado, las filosofías interpretativas o metafísicas posicionadas a lo largo de las líneas que se intersectan equidistantemente (siempre formadas por los mismos extremos polares) se relacionan a través de la posición central u Organicismo.


Solo el Absoluto Trascendente o Ser Absoluto (que bajo una comprensión más profunda corresponde a - por ejemplo - lo que llamamos Dios 'Padre', Alá y Adi Buda y otros nombres para este ABSOLUTO NO DUAL) trasciende e incluye las metafísicas complementarias que se adecuan a la visión de Bahm. Este Absoluto lo podemos entender como con carácter impersonal, personal e interpersonal, lo cual también refleja el "principio ternario universal" pero asimismo trascendería este principio más allá de toda comprensión definible. Sin embargo se le puede vivenciar en estados transmentales de absorción contemplativa y gracias a esos estados también se le entiende transformadora e inspiracionalmente como el más puro e infinito Amor, Poder y Conocimiento que abarca y subsume a todo lo relativo.

En esta "comprensión" de origen no-dual, las tres lógicas se unifican y las principales ideas metafísicas respecto a la relación entre lo absoluto y lo determinado (o contingente o relativo) también se unifican sin perder sus respectivas distinciones. Dios como persona, Dios como poder, Dios como inteligencia universal y Dios como relación de significado vinculante (donde el ser relativo surge de la relación universal) se integran sin incoherencia con su Presencia como creador perpetuo y continuo ex tempore y, por ser ex tempore, también se puede decir que hubo creación a la usanza católica y de otras religiones monoteístas, pero también que la "realidad contingente" es emanación y -junto a los budistas - que no hubo "creación" puesto que lo contingente (lo inherentemente "vacuo" como contingente) podría haber siempre existido como relación infinita in tempore.


La Parte y el Todo
Los modelos de Bahm y de Wilber coinciden entre sí en una visión conjunta aplicable a diferentes áreas de la filosofía. Todas las metafísicas principales son mutuamente necesarias para preservar la simetría que las subyace. La simetría deriva del principio de complementariedad, de relación y de una lógica con el tercero incluido que incluye y trasciende a la lógica del medio excluido.Ya que estas metafísicas subyacen a diversas doctrinas e ideologías (que bajo una lógica menos inclusiva dicotómica, binaria, bivalente o con el "medio excluido", no son compatibles o conmensurables) no habría necesidad de conflictos esenciales entre ellas. Esta es parte de la promesa para el bien de la humanidad de la visión POST POSMODERNA, "integral" o "integrativa". Podría llevarnos a construir un mundo con mayor armonía.                                 


                                                                   Vedanta


                                                              Monismo Neutral

    Espiritualismo     Emanacionismo       Organicismo        Emergentismo    Materialismo

                                                              Creacionismo (versión de Boodin)

                                                                   Dualismo


El Vedanta correspondería a la dimensión de lo Individual; el Dualismo correspondería a un otro que implica algo distinto a la unidad y por ende a lo Plural o Colectivo; el Espiritualismo correspondería a lo Interior o a la falta de necesidad de objetos para auto definirse y el Materialismo a lo Objetivo o Exterior.


Es importante resaltar que toda expresión contingente surgiría combinando los cuatro extremos polares mencionados y que toda entidad, evento, ocasión, o cosa (sea esta física, mental o causal -principial) se expresaría, vivenciaría y sería interpretable como un “HOLON” (término dado por Arthur Koestler para indicar lo que es fundamental y simultáneamente parte y todo). Y todo “holon” (como el símbolo “Taijitu” del Yin/Yang) expresaría opuestos definidos (clara distinción entre partes, entre todos y entre partes y todos), opuestos complementarios (se necesitan mutuamente para ser) y opuestos aparentes o mutuamente inmanentes (el opuesto se halla intrínsecamente en su par). Los teoremas de Gödel  relacionando la consistencia y la incompletud aplicados a la sustentación lógica de la aritmética serían compatibles con lo que se entiende de la naturaleza de los “holones”. Se podría decir bajo una lógica clásica que si un sistema es verificable como consistente también se hallará incompleto. 


La simultanea consistencia e incompletud de los entes contingentes también puede ser entendida bajo el concepto de “holon” y (debido a las expresiones de la realidad según los “cuadrantes”) los entes contingentes siempre expresarían algún grado de interioridad o subjetividad en un sentido pan síquico, algún grado de materialidad objetiva, algún grado de reglas u orden ‘cultural’ hacia sus partes internas así como siendo partes en relación a todos en los que participan. También expresarían algún grado de organización sistémica.


La estructura rígida del modelo sería necesaria para representar fundamentos universales con los cuales podría darse una evolución abierta. La estructura sería necesaria para que la diferenciación converja en unidad con grados de libertad, originalidad y dinamismo. Mientras la evolución de niveles de comprensión se dirigiría hacia el centro unificador del diagrama (primero hacia la convergencia organicista y luego hacia una integración aún más profunda), las experiencias subjetivas, la cultura, la complejidad de objetos materiales y la de los sistemas (las expresiones ontológicas y vivenciales-epistemológicas de los “cuadrantes”) se dirigiría simultáneamente (aunque no necesariamente con la misma intensidad de desarrollo paralelo en los cuatro cuadrantes) del centro hacia “afuera”, o hacia un “espacio” de expansión de la consciencia y del ser relativos que potencialmente abarca de manera progresiva todo lo que es posible dentro la experiencia de la dualidad. Sería como una respiración hacia lo interior y hacia lo exterior de su propia contingencia, "respiración" sin origen propio ni fin propio pero esencialmente unificada en el Absoluto, No Dual.

Lo Absoluto - sin limitarse bajo una apariencia dual- posibilitaría la estructura y contendría todo el proceso. Todo se desenvolvería dentro de estos límites siempre adentrándonos (dicho a la manera de Nicolás de Cusa) hacia el centro de un círculo cuyo perímetro es infinito.

En este sentido nunca “saldríamos” realmente fuera del Ser Absoluto. La representación del físico y visionario Nassim Haramein respecto al equilibrio de la energía e información en relación al vacío cuántico o espacial como algo simultáneamente dinámico y bajo una estructura estática permanente y fractal me parece muy apropiada para visualizar esta conjugación entre proceso y estructura. Puede representarse con una geometría de 64 tetrahedros que equilibra los vectores de fuerza en cualquier dirección pero conteniendo la posibilidad de expandirse y contraerse y de girar posibilitando un doble movimiento toroidal constante hacia el niveles fractales interiores y el exteriores. También proyectando luz sobre los 64 tetrahedros o dibujando círculos en las intersecciones puede representarse como la figura llamada "La Flor de la Vida" en el Templo de Osiris en Abidos, Egipto.


 










Consideración Teológica y Progreso Filosófico
El problema inicial del modelo simétrico presentado (limitado a la existencia relativa) sería intentar entender cómo lo determinado resulta de lo indeterminado. ¿Cómo es que el Ser Absoluto, “no dual”, “vacío” de distinciones finitas o - en última instancia - más allá del “ser calificable”, reconocible, incompleto y parcial pasa a sustentar la primera distinción ilusoria (en la que el Ser Absoluto implica a un no-ser) que asimismo implicaría a un tercer elemento de relación? ¿Qué o quién hizo que se pase del Ser como sí mismo y sin un “otro” a la primera distinción dual necesaria para generar la realidad contingente, los cuadrantes y los holones? Fue un acto voluntario? ¿Transfiere el Ser Absoluto parte de su ser a los seres contingentes? ¿Aunque las ocho metafísicas fuesen simultáneamente correctas desde una perspectiva de relación complementaria la ausencia del concepto original cristiano de creación ex nihilo (por amor y simultáneamente con total libertad del Ser como un Dios personal (theos) en el modelo de Bahm nos indica que falta algo?


Se puede decir que lo determinado existe aparentemente por voluntad del Absoluto creando ex nihilo y que, asimismo, como nada se halla fuera del Absoluto, a pesar de su apariencia, contingencia y de ser "determinado" es en esencia "Real". Lo Absoluto (o El Absoluto) contendría y trascendería las expresiones del ser como cosa, sujeto y relación intersubjetiva. Contendría y trascendería su capacidad infinita de crear por lo que no estaría obligado a crear inevitablemente desbordándose como los emanacionistas han propuesto. El Absoluto puede crear, sostener-preservar, manifestar y participar con su Ser siendo este el Real ser de los seres contingentes pero participando sin estar limitado a lo contingente. Da el Ser sin perder el Ser. Es por lo tanto el PANENTEÍSMO una versión apropiada. No salimos jamás del Ser sino que participamos de su "sueño" que a la vez es creación y emanación sin contradicciones.

Y en la expresión del Absoluto dentro de la experiencia y ontología contingente y dual surgen los cuadrantes simultáneos y por lo menos 8 metafísicas fundamentales sirven dentro de la lógica de la complementaridad para ingresar de forma parcial dentro de a una explicación racional hacia el todo. En esto, el materialismo y el idealismo y/o espiritualismo son mutuamente necesarios como lo son aseverar con el Vedanta que la realidad es Una o con el dualismo (no confundir con "dualidad") que existen dos fundamentos opuestos de la realidad.  

Todos los estados de materia posibles implicados junto a todos los estados y niveles de consciencia en trinomio del Ser, del no-ser y de su relación?

Sea como fuere que lo determinado diera existencia a lo indeterminado, el modelo incipientemente presentado en este ensayo mostraría un profundo vínculo con lo que podría denominarse un “principio ternario universal”. El principio sería metafísicamente previo a los cuadrantes pero los estructuraría. El tercer factor surge de la relación entre el ser y (aparente) no-ser.

Estaría presente en las tres formas lógicas, los tres supuestos niveles (físico, sutil-mental, causal-celestial) de la realidad contingente, y todos sus elementos estarían mutuamente implicados, posiblemente y cada cual generaría sus propios principios causales. Ampliaríamos a una forma de simetría metafísica más fundamental e integral en la cual la diversidad y la “otredad” se conectarían con la unidad del origen indeterminado.


El inicio de una filosofía integrativa post posmoderna podría darse con el descubrimiento filosófico gradual de la realidad primordial detrás del principio ternario el cual aparentemente ya filósofos y contemplativos de varias religiones han percibido e interpretado de modos compatibles.  La separación entre los que ES y la apariencia de lo que no es sería una brecha de ejemplificada como un caos (en un sentido griego original) con el cual los seres contingentes y determinados tendrían que pugnar. Este "caos" también sería posibilidad vital y de multiplicación, diferenciación y variedad y sería consistente con la idea andina del "uku pacha", una fase del mundo integrado por la relación que está por verse, como surgiendo de la tierra, con posibilidades futuras (inclusive si queremos relacionarlo hoy en día con el mundo de la "retrocausalidad" permitido por ecuaciones cuántico-relativista como la ecuación de Klein-Gordon). 


La versión simétrica complementaria que he presentado anteriormente también me hace pensar en cuatro tipos o formas de practicar metafísica y filosofía en general. Retornando al origen de los cuadrantes, la dimensión "Individual" o de lo indiviso correspondería a una forma más Holística - sintéticaintuitiva de hacer filosofía. La dimensión "Plural" correspondería a una forma más analítica de hacer filosofía (analizando las partes). La dimensión "Interior" correspondería a una forma más racional de hacer filosofía (como en la tradición griega-racionalista dominando sobre los jonios y retardando a la ciencia empírica).  La dimensión "Exterior" correspondería a una forma más empírica de hacer filosofía.   


                                                               Forma holística



        Forma racional                                                                               Forma empírica


                                                               Forma analítica
                                                              

Las tres formas de utilizar el Principio de Identidad útiles para tratar de entender metafísica que podría ser la “realidad” también podrían considerarse como 1) ser relativo o no ser relativo 2) ser relativo y/o no ser relativo y 3) ni ser relativo ni no ser relativo. Todas serían necesarias pero, bajo la perspectiva de la tercera forma lógica, la forma racional y la forma holística serían superiores porque disminuiría la dependencia con lo exterior y con lo plural (que resultan de la dualidad inicial necesaria para que exista la realidad contingente).


Pienso que el "modelo simétrico" donde todos los componentes son mutuamente dependientes es una etapa necesaria que puede ser subsumida por otra aún más fundamental y superior sin perder rigor. Aun así pienso que es necesario simultáneamente aceptar e incorporar las tres formas lógicas principales y expresiones filosóficas correspondientes para realmente armonizar con el Ser No Dual que las sostiene y expresa.

Creo que para que la metafísica pueda reactivarse con interés y pasión resolviendo integrativamente preguntas fundamentales que han quedado pendientes a lo largo de la historia hay que considerar que el avance filosófico progresaría de lo conceptualmente cuasi indeterminado y “pre racional” pero fusionado con la experiencia vital y “mitocrática” del mundo (como probablemente diría el amigo filósofo Gustavo Flores Quelopana), a una primera fase explícitamente racional-lógica basada en lo rígidamente determinado con una lógica clásica (sea de tendencia empiricista o racionalista), a la nueva síntesis horizontal-egalitaria-simétrica basada en la complementariedad, y finalmente a la re-valuación de una lógica fundamentada en relaciones interiores mutuas que sin embargo incluya y organice de forma coherente y rigurosa a todos los logros filosóficos y científicos anteriores.

El conocimiento científico-práctico logrado por el uso de la lógica en "primera fase" tendría que ser superado por el que se lograría con el uso de la lógica en "segunda fase" y con el de "tercera fase". Probablemente civilizaciones más antiguas o avanzadas que la humana ya hayan logrado muchas aplicaciones prácticas y avances utilizando metafísicas que incorporan formas de relacionarse con la realidad basados en las lógicas más inclusivas que hemos estado estamos vislumbrando.

Pienso que "ellos" conjugan muy bien bajo una ciencia más amplia y físicamente práctica, el rol de lo psíquico con lo material. Y en esta práctica pienso que también conjugan muy bien la interconexión "no-local" con la "clásica" o "local" y creo que para lograr esto por lo menos utilizan una lógica conectiva complementaria y con el "tercero incluso". Esta lógica (quizás sin definirla exactamente como un occidental moderno lo haría) podría haber sido vivida por pueblos originarios hoy llamados "pre-modernos". Si nosotros llegáramos a crecer hacia un modo social y cultural "post posmoderno" redescubriríamos esa forma de ser, de vivenciar pero - idealmente - reteniendo la mayor capacidad de diferenciar y discriminar adquirida en la modernidad.


Bajo el énfasis de la primera fase lógica (ser o no ser) con el medio excluido determinante, todas las posiciones metafísicas bien sustentadas acerca de la realidad experimentada y entendida contingentemente son dignas y no carentes de razón pero pugnan por un reconocimiento exclusivo a costa de las otras. Bajo el énfasis de la segunda fase lógica más inclusiva (ser y/o no ser) todas las posiciones metafísicas son equivalentes y aunque esto nos ayuda a apreciarlas junto a sus relaciones e interconectividad también nos mantiene en un relativismo. Luego, bajo el énfasis de la tercera fase lógica (ni ser ni no ser) descubrimos que el mundo contingente no puede ser comprendido en relación a objetos materiales o conceptuales exteriores inutilizando tanto a una lógica clásica exclusivista como con a una lógica de la complementariedad excesiva. Bajo la última fase lógica se tiene que empezar a re-valorar a la trascendencia pero no como a un objeto exterior a ser alcanzado.


Ahora me aventuraré en un terreno más especulativo y controversial porque toca conceptos religiosos aunque aparentemente el lograr reconciliar con ellos será necesario para lograr una Meta Teoría realmente Integral y filosofía post posmoderna bajo la premisa que toda verdad metafísica y todo conocimiento científico y "principial" válido puede ser incluido e integrado. También es una recuperación se sentido o significado vital por sobre el cinismo, el desencantamiento y la descomposición generada por los excesos excluyentes de las (parcialmente válidas) visiones modernas y posmodernas. 


Al ‘aparecer’ la dualidad primordial (el aparente no-ser) también aparecería una brecha de posibilidades inconexas y sin orden, un “caos primordial”, un “Uku Pacha” de potencialidades queriendo concretarse en la experiencia y nacer, una “matriz ventral ctónica” situada entre los seres contingentes e incompletos pero parcialmente definidos, organizados y ordenados y el Absoluto. Esta brecha que reconectaría lo contingente con el Absoluto entendido con cualidades (o un “Saguna Brahman” entendido bajo metáfora) sería superada por dos elementos reunificadores del “Principio Ternario Universal” (que a pesar de los términos a continuación no se limita al cristianismo): El Logos como principio inteligente ordenador y el Espíritu Santo o vínculo inmanente conectivo (como serían las “Energías de Dios” mencionadas en el cristianismo ortodoxo y como quizás lo propondría un emanacionismo que daría lugar a diferentes grados de realidad “Exterior” o material en cada uno de los tres planos de la realidad contingente).  


Haciendo referencia al Vedanta, la Cabala y al Cristianismo (y podría también hacerse referencia al sufismo islámico y al budismo entre otros) este Principio Ternario Universal auto consistente e integrador se podría representar desde la perspectiva de los “cuadrantes”. 

Recordemos que el cuadrante superior izquierdo es el cuadrante de lo "subjetivo", el superior derecho es el cuadrante de lo "objetivo", el cuadrante inferior izquierdo es el cuadrante de lo "intersubjetivo" y el cuadrante inferior derecho es el cuadrante de lo "interobjetivo".
         
Cuadrante Superior-Izquierdo
El Absoluto - el "Padre" (en un sentido místico de teología negativa)
Se habla en primera persona gramatical
Es el primer componente "AIN" dentro del Ain Sof Aur
Correlaciona con el "Ananda" védico y con la "Belleza" como valor platónico

Cuadrante Superior-Derecho
El Logos para objetos individuales
Persona gramatical "ello" y "eso" (tercera persona "it" en inglés)
Componente "Ain Sof" del Ain Sof Aur
Correlaciona con el "Chid" (conocimiento-consciencia de) védico
Correlaciona la "Verdad" como valor platónico.

Cuadrante Inferior - Izquierdo

El vínculo inmanente - las "energías de Dios" - Espíritu santo
Segunda persona gramatical implica reconocimiento del otro
Lo intersujetivo
Correlaciona con el "Sat" védico. Ser relativo es ser en relación
Correlaciona con el "Bien" como valor platónico

Cuadrante Inferior - Derecho

El Logos para objetos en relación
persona gramatical "ellos" "esos" ("its" en inglés)
Correlaciona con el "Chid" védico (conocimiento, consciencia de)
Correlaciona con la "Verdad" como valor platónico


Pienso que las ocho metafísicas principales reconocidas por Bahm estarían todas en lo correcto al naturalmente ocupar las posiciones permitidas por una simetría más fundamental que resulta de tratar de explicar cómo lo Indeterminado  podría lograr lo determinado. Pienso que no habría contradicción irreconciliable entre ellas (y el desarrollo de este concepto podría ser motivo de otro ensayo) pero pienso que también habría que incluir al acto creativo voluntario ex nihilo o sin uso de algo exterior a sí mismo para que el esquema integrador esté aún más completo. 


Como seres finitos, al referirnos a la divinidad bajo el Principio Ternario Universal  estaríamos llegando al límite de lo que podemos vislumbrar “con nombre y forma”. Aun así (recordando las propuestas de Fritjoff Schuon) estaríamos refiriéndonos a un absoluto respecto a todo lo contingente pero en última instancia podríamos referirnos a un Absoluto trascendente al absoluto ternario con el que nos hemos relacionado por sentimiento, bondad y verdad. 

Ese sería nétamente el “Ser” indeterminado, el “Aín” (o el “no” cabalístico pero sin referencia al Ain Sof o al Ain Sof Aur), el “Padre” de la filosofía contemplativa negativa, el Buda primordial (o Adi Buda compatible con el concepto de la única “esencia” carente de vacuidad - de la escuela budista por largo tiempo (ya no) suprimida por el oficialismo político Tibetano-  “Jonang” o “Maha Madyamika”). Sería el mismo Nirguna Brahman, la "talidad" y el Alá absoluto que reúne a todas las cualidades divinas  en sí más allá del cual no se puede hablar de otra existencia. 


No podemos entender al “absoluto del absoluto de lo contingente” pero al entender con esta propuesta meta teórica integrativa que “el absoluto de lo contingente” se expresaría (en relación a lo contingente) como un principio de tres elementos inextricablemente integrados, podemos asumir (aun desde nuestra perspectiva contingente-finita) que lo absolutamente ilimitado de su Ser puede perfectamente hacer uso de un modo impersonal (en tercera persona como inteligencia cósmica –Logos), de un modo relacional (en segunda persona como matriz universal y vínculo conectivo orientador – Espíritu Santo) y de un modo personal (en primera persona con voluntad propia o Dios como θεός o “theos” que sería el Ser Absoluto personal). 


De no poder hacer uso de estos tres modos de expresión no incluiría y transcendería toda posibilidad y no sería el “absoluto del absoluto de lo contingente” Por lo tanto podríamos considerar en el esquema que podría llevar a desarrollar una filosofía integrativa post posmoderna la inclusión de una metafísica creacionista panenteísta (Dios permanece absolutamente trascendente pero simultáneamente da el ser a las cosas y entes contingentes) incorporando la posibilidad de utilizar cualquiera de los modos de expresión contenidos en el “Principio Ternario Universal”, incluyendo la posibilidad de crear a voluntad.


Conclusión

Hay simetrías estructurales fundamentales que pueden acomodar una visión metafísica y filosófica más amplia e integrativa no solo en los parcialmente coincidentes modelos de Archie J. Bahm y Ken Wilber sino que serían apropiadas para el renacer de una búsqueda de sentido y comprensión elemental de la “verdad” de forma nuevamente logoica pero más inclusiva utilizando por lo menos tres tipos de lógicas específicas pero inextricablemente relacionadas. Esto sería a pesar de la crítica desconstruccionista y anti logoica posmoderna. Estas simetrías podrían servir de base para superar los exclusivismos y reduccionismos del filosofar limitado a una lógica clásica. También podrían servir para reconocer verdades metafísicas complementarias sin caer en el relativismo. Ellas no se limitarían a producir una simple equivalencia entre posiciones metafísicas complementarias como las propuestas por Bahm en relación a la existencia contingente sino que derivarían de un Absoluto expresado bajo un Principio Ternario Universal que trascendería a toda existencia contingente aun cuando diera lugar a este tipo de existencia muy probablemente organizándola, relacionándola y hasta creándola de manera personal. 


Bibliografía

Bahm, Archie J. (1996). “Organicism: Origin and Development”. Albuquerque: World Books.

Bhaskar, Roy. (2012). “Reflections on Meta Reality”. London: Routledge, Taylor & Francis Group.

Koestler, Arthur (1978). “Janus: A Summing Up”. New York: Random House.

Nicolescu, Basarab (2008). “Transdisciplinarity: Theory and Practice. Cresskill: Hampton Press.

Schuon, Fritjoff (2000). “Survey of Metaphysics and Esoterism”. Bloomington: World Wisdom Books, Inc.

Whitehead, Alfred N. (1929). “Process and Reality”. New York: Mc Millan Publishing Co. 

Wilber, Ken. (1996). “Sexo, Ecología, Espiritualidad: El Alma de la Evolución”. Madrid: Gaia Ediciones.


Wilber, Ken. (2007). “Espiritualidad Integral”. Barcelona: Editorial Kairós.