Introducción
El siguiente es un intento por
explorar principios filosóficos claves para aproximarnos a una filosofía
integrativa post posmoderna que nos ayude a recuperar un significado personal y
colectivo más allá del relativismo y de la práctica filosófica estancada en posiciones
antagónicas que – generalmente limitadas por la lógica clásica - parecen
irreconciliables. Intentando no fortalecer aún más un relativismo pseudo
absolutista como opción a la filosofía clásica y moderna indagaré en la
búsqueda de patrones comunes y/o principios conectivos jerárquicos universales,
principios que trasciendan e incluyan tanto a los esquemas cognitivos rígidos y
exclusivistas (inspirados en la lógica aristotélica
de distinciones), así como los esquemas más inclusivos y necesarios pero cuasi
indefinidos inspirados en la lógica de complementariedad. La filosofía que debe
surgir debería contar con la fuerza de la definición clara de la lógica clásica,
el descubrimiento de la relación y la conectividad por medio de la
complementariedad de la lógica dialéctica de relación y el reconocimiento de un
orden lógico superior que subsume a las lógicas anteriores y se origina en lo
verdaderamente trascendente.
Respecto al concepto básico de “metafísica”
adopto una interpretación estándar. Para mi
“Metafísica” es la rama de la filosofía que trata de la naturaleza del ser
y de la realidad. En este sentido pueden haber varias formas de considerar a la “realidad”
y así de tratarla: por ejemplo, algunas materialistas y otras espiritualistas (o
idealistas como en Hegel) y no necesariamente (como frecuentemente se define de
forma popular) solo como la exploración empírica de realidades ocultas y
paranormales que trascienden a la
materia física. La “metafísica” tampoco tiene por qué ser necesariamente
inmanentista enfocándose en la substancia material al estilo aristotélico, y
tampoco tiene que ser necesariamente como Platón proponía al relativizar la
substancia y transcendentalizar la Idea.
La metafísica no tiene por qué
contradecir a la ciencia sea que trate o no trate de realidades "suprafisícas" en un sentido que contraste con la física clásica. "Ella" puede de ahora en adelante aportar mucho más a la ciencia que está descubriendo realidades no limitadas al mundo físico cotidiano y el concepto de "ciencia" (incluso el de ciencia "natural") puede crecer o ampliarse adecuadamente sin perder fuerza, capacidad de predicción y capacidad de acción. Podría
desarrollarse una metafísica más madura que coherentemente integre o conjugue
opuestos tradicionalmente demarcados en la historia de la filosofía y que lo haga de forma práctica
y aplicable a la experiencia subjetiva y social, a la ciencia y no solo a la razón teórica. Por ello
pienso que la “metafísica” puede llegar a ser útil más allá del campo
especulativo, volviéndose interesante y apasionante al también aportar principios de relación y de interacción entre múltiples
realidades físicas y sutiles. Al hacer esto también podría potenciar las ciencias naturales y ampliar la perspectiva humana en relación a la existencia. También pienso que el fundamento más radical (de raíz) que podría
permitir esto se situaría en un plano no dual que es trascendental e inclusivo al de los opuestos como dicotomías clásicas y al de los opuestos como complementarios, subsumiéndolos.
Aunque Aristóteles entendía a la
metafísica como “la ciencia primera”
y con ello se refería al estudio de los principios racionales de la realidad, la
palabra “metafísica” adquirió una vaga connotación pobremente asociada a
“aquello que trasciende al mundo físico” gracias a una exigua interpretación de
ciertos escoliastas latinos cuando comentaban sobre el mundo clásico griego.
Ellos probablemente mal interpretaron la frase “Ta metá fisiká biblia” (los libros situados después de los libros
de física) escrita por el compilador y
editor de los escritos de Aristóteles, Andrónico
de Rodas quien trató de catalogar unos escritos sin título que se referían
a una “proté filosofía” o filosofía
primera. Sin embargo la “metafísica” no versa solamente en especulaciones sin
referencia al mundo empírico y concreto puesto que hasta la ciencia empírica
(que actualmente es primariamente materialista) hace uso de premisas “metafísicas”
respecto a la naturaleza del ser y la realidad.
Sinceramente pienso que lo que podríamos llamar "el
proyecto filosófico humano" (cuya "flama" aun persiste a pesar del positivismo, anti logoísmo, desconstruccionismo y predominio académico del materialismo) debemos continuar superando al
relativismo pseudo absolutista. Pienso que aun la
“metafísica” puede evolucionar en nuestra comprensión hacia una
etapa mucho más
inclusiva enriqueciéndose con
factores o principios integrativos (y no reduccionistas) que perfectamente pueden
abarcar y organizar los ámbitos científico, racional, místico-contemplativo y
mítico. Así prosiguiendo con un espíritu de constante descubrimiento, la “metafísica”
podría hacer uso de la experiencia empírica convencional y no convencional, del
método científico, de la intuición y de una razón justificada por lógicas más
comprehensivas que también puedan incluir y trascender a la aristotélica.
Toda verdad verificada por método y experiencia, de forma individual y colectiva de forma objetiva, subjetiva e intersubjetiva; todo lo verdadero, lo bueno y lo
bello podría integrarse de forma siempre abierta a mayor contenido bajo
principios universales que no restrinjan de manera monológica el proceso y discurso. Este
ensayo es un intento inicial por empezar a trabajar con posibles patrones metafísicos, ontológicos y epistemológicos universales que nos ayuden a organizar el conocimiento
– todo conocimiento - integrativamente y sin afán absolutista o imperialista.
Me nutro del trabajo de otros pensadores integrativos como Ken Wilber, Archie Bahm, Basarab Nicolescu, Edgar Morin y pensadores de la "sabiduría perenne" como Ananda Coomaraswamy, Rene Guenon y Fritjoff Schuon. También me nutro de pensadores griegos "clásicos" y de los "presocráticos" y así como de la teología y metafísica racional medieval cristiana e islámica, además de pensadores modernos y posmodernos diversos, incluyendo a filósofos de la ciencia como Thomas Kuhn y Karl Popper, manteniendo un especial interés en hallar explicaciones ontológicas a los fenómenos cuánticos y a fenómenos a veces empíricamente verificables pero que aun hoy son (aunque cada día menos) generalmente considerados como "tabú" (denigrantes de la claridad con la que debe proceder un pensador académico "serio"); fenómenos parapsicológicos, ovnilógicos, mediúmnicos verificables (físicos y mentales) y, en general, "paranormales" que indican formas de interacción y posibilidades que deben también ser abordadas por la ciencia y la filosofía para ampliar nuestros horizontes mentales y culturales.
Además cabe destacar que intento comprender intelectual y participativamente el
"pensamiento andino" y el de otros "pueblos originales pre modernos" muy afines a la idea de complementariedad y de la relación con toda realidad que pueda brindar una experiencia vivencial. Junto a estos "maestros" tengo un especial interés en hallar el trasfondo común de diversas escuelas y presentaciones relacionadas al tema de la "no dualidad" y busco patrones comunes detrás de enseñanzas herméticas, cabalistas, y esotéricas tanto de oriente como de occidente. Como mencioné en el párrafo anterior, considero que verdaderamente hay factores o principios integrativos comunes a todo conocimiento, haciendo posible una integración no reduccionista (y siempre "abierta" a mayor crecimiento, evolución y nuevo contenido) de los principales "saberes" esenciales del conjunto de "maestros" anteriormente mencionados.
No trato de adecuarme a una sola doctrina y/o ideología dentro una etapa
de pensamiento y sentimiento (un “sentipensar”) y práctica pre integralista sino que trato de vislumbrar sus verdades comunes bajo un discurso lógicamente posible y más conectivo con factores o
principios subyacentes.
Si definimos “metafísica” como nuestra premisa básica acerca de lo que consideramos primeramente real veremos
en primera instancia que al menos ocho importantes
“metafísicas” conocidas encajan dentro de una estructura lógica simétrica formada
por opuestos complementarios. Este
esquema empezó a ser desarrollado por Archie
J. Bahm, filósofo emérito de la Universidad de Nuevo Méjico como parte de
una búsqueda aún más amplia que denominó “ORGANICISMO”.
Sin embargo, (probablemente debido a su espíritu reconciliador en una época en que
las controversias y los excesos de la escuela analítica y el desencanto con el
pensamiento metafísico clásico atraían más y llevarían al “fin de las
ideologías”) las consecuencias de este estudio han pasado casi desapercibidas
porque –aun a pesar del giro posmoderno – continuamos pensando y haciendo
filosofía de forma excesivamente dicotómica, competitiva y mutuamente
excluyente, recalcando (por sobre otros modos lógicos razonables) el “medio excluido” y la mutua negación de
afirmaciones o postulados metafísicos que - entendidos distintamente - podrían
ser considerados como simultáneamente válidos. En pocas palabras – como probablemente
diría Ken Wilber, otro importante
filosofo integracionista– aún son pocas las personas (incluyendo a muchos
filósofos profesionales) capaces de pensar de manera “integral”, reconociendo principios universales y organizativos que
pueden reconciliar múltiples verdades en probablemente todos los campos del
conocimiento.
En los niveles de realidad
explicables por lógicas de la complementariedad (por ejemplo físicamente con la
Teoría Cuántica de Campos), cuando
los opuestos materiales fundamentales poblando el espacio interactúan (como los
pares de partículas y anti partículas virtuales de existencia demasiado breve
para nosotros como para ser detectables), estructurándolo con sus respectivos
campos y/o “condensados” (versiones cuánticas de lo que podría ser un “éter” capaz de adoptar múltiples
estados o “fases” negando la existencia de un vacío absoluto en términos
físicos) surge la novedad; esto es, nuevas influencias físicas nutriendo
(sosteniendo) y modificando inclusive hasta las partículas y campos “reales”
(detectables) de la realidad sensible.
En un sentido relativista a gran
escala podríamos decir que inclusive el “tensor
métrico” del espacio-tiempo sería otra expresión de este “éter” en gran
parte conformado por opuestos interactuando y que sostienen a nuestro universo
inclusive anti entrópicamente. La reconciliación de los opuestos por lo tanto sería
“generativa” y “creativa” para fermiones y leptones reales relacionándose con
sus respectivas partículas virtuales pero no surgiría “a partir de la nada”
sino a partir de una posible substancia material muy sutil, como un híper fluido
que generalmente no produciría fricción. También surgiría de una relación determinista
entre sus estados de energía positivos y “negativos” (en este caso estados de
energía inferiores al promedio del vacío cuántico). Así, la aparición constante
de estados energéticos continuamente renovables estaría ligado a, nivel físico, a
la interacción entre opuestos y - a mi modo de ver - a un posible nexo entre
potencialidades de información pre-físicas y el universo (o universos) físico(s);
un nexo con influencias físicas reales que
muchos científicos están empezando a reconocer bajo la forma de “condensados” y
de otros aspectos de la “energía del
vacío”.
Pienso que la física se halla enfrascada en un gradual descubrimiento de un estado del ser intermedio entre mundos regidos por la causalidad objetiva exterior a los cuales la lógica del medio excluido se aplica mejor y mundo regidos por una causalidad en la cual lo exterior objetivo y lo interior subjetivo son igualmente co-causales. A este estado de ser intermedio semi físico en el sentido clásico (quizás referido bajo el concepto de "potentia" por Heisenberg) también lo llamamos "mundo cuántico", "vacío del espacio", "tensor métrico" (sea lo que fuere que representa), "campos escalares", "potencial cuántico" entre otros nombres. Antiguamente (antes de convencernos experimenta y teóricamente que no existía como medio luminífero estático) en occidente preferíamos llamarlo "éter" un término cuya etimología griega se refiere a la "atmósfera iluminada de los dioses" y cuya existencia en vez de haber sido completamente descartada (como popularmente se piensa aun entre científicos) a ido simplemente mutando.
Si en conjunto el proceso de
reconciliar opuestos generase y estabilizase el nivel de universo físico que
normalmente detectamos, de modo análogo pienso que el trabajar con una
estructura meta conceptual que reconcilie los “opuestos metafísicos” o filtros ideológicos
fundamentales a través de los cuales interpretamos la “realidad” y sustentamos
nuestras ideologías (supuestos ubicados en las posiciones “metafísicas” permitidas
por una estructura lógica simétrica basada en la complementaridad) se generaría
una visión filosófica más amplia, útil e integrada en filosofía…un siguiente
paso de influencia teórica más allá de la algo estancada situación actual.
Sería
como descubrir un mundo más amplio que enriqueciese el discurso filosófico reconciliando
y abriendo nuevas vistas sin dejar de incluir todo el rigor basado en la lógica
clásica de definiciones claras y de la exclusión apto para varios aspectos de
la realidad. De validarse estas propuestas superando a un holismo soso nos moveríamos
hacia un renacer filosófico, una nueva confianza en la “búsqueda de la verdad” estabilizado
en un nivel más integrado y menos dicotómico en el cual podría congruentemente existir
un reconocimiento y diálogo entre los ideólogos y sus ya compatibles premisas
fundamentales.
La indagación de Archie J. Bahm (quien también fue profesor de religiones comparadas y en
gran parte se inspiró al estudiar la relación Yin/Yang del taoísmo) se dirigía a descubrir las bases para una “filosofía mundial” más apta para la cada vez más estrecha convivencia
planetaria. Pienso que lo que he denominado como sus “simetrías metafísicas” también empezaron a ser simultáneamente
incluidas y trascendidas de forma aún más integrativa y menos relativizante en
el curso del desarrollo de su original posición filosófica: el “Organicismo”. Estas simetrías (apreciadas
a lo largo de una línea vertical intersectada por una línea horizontal) harían
que varias de las más importantes “metafísicas” adoptadas por distintas
culturas en distintos lugares, tradiciones ideológicas y épocas fuesen simultáneamente
EQUIVALENTES: El Vedanta, el Monismo
Neutral, el Creacionismo de Boodin (limitado a lo existente) y el Dualismo en
la línea vertical. También el Espiritualismo, el Emanacionismo, el Emergentismo
y el Materialismo en la línea horizontal.
Breve explicación. En la línea
vertical para el Vedanta ni espíritu
ni materia existen pero son aspectos ilusorios de su dimensión común Nirguna Brahman. Para el Monismo Neutral espíritu y materia son
aspectos dependientes de una substancia subyacente común. Para el Creacionismo (en la versión de Boodin
parecida al panteísmo de Spinoza) se mantiene la relación de dependencia
mutua limitada a la estructura existencial de complementariedad. En esta
versión el espíritu (entendido como “Dios”) y la materia son mutuamente
dependientes. Para el Dualismo el
espíritu y la materia ambos existen en completa independencia y no dependen de
algo. Luego, en la línea horizontal para
el Espiritualismo solo existe el
espíritu (o la idea en algunas ideologías). Para el Emanacionismo la materia depende del espíritu. Para el Emergentismo el espíritu depende de la
materia. Para el Materialismo solo
existe la materia. El ORGANICISMO es
la novena posición central donde confluyen o se intersectan las otras ocho
posiciones.
Vedanta
Monismo Neutral
Espiritualismo Emanacionismo Organicismo Emergentismo Materialismo
Creacionismo (de Boodin)
Dualismo
"Para el organicismo cada una de las otras 8 teorías expresa una
verdad fundamental en sus aserciones positivas, pero cada una de ellas es
inadecuada en cuanto a que sus aserciones negativas niegan verdades
fundamentales encarnadas en las afirmaciones positivas de las otras. Esto es, el espiritualismo esta en lo
correcto al afirmar que el espíritu existe pero errado en negar que la materia
existe. El materialismo esta en lo correcto en creer que la materia existe pero
incorrecto en afirmar que el espíritu no existe. El emanacionismo está en lo
correcto al afirmar que la materia depende del espíritu pero errado al afirmar
que el espíritu no depende de la materia. El emergentismo es verdadero cuando
afirma que el espíritu depende de la materia pero falso en presuponer que la
materia puede ser completamente independiente del espíritu. Los vedantistas y
monistas neutros verdaderamente afirman que el espíritu y la materia son
aspectos de algo subyacente a ambos pero falsamente niegan que el espíritu y la
materia carezcan de alguna independencia. Los dualistas y creacionistas
correctamente afirman que el espíritu y la materia ambos existen más o menos de
manera independiente pero se equivocan en la medida que pretenden que la una
completa independencia de la materia y el espíritu en relación mutua y de algo
que los subyace a ambos. Entonces el organicismo se opone a cada una de las
otras teorías al rechazar sus declaraciones negativas pero asume para sí las
afirmaciones positivas de cada una de ellas". (Archie J. Bahm (1996):
Organicism: Origin and Development: World Books.
En la misma fuente Bahm menciona
que:
"El organicismo afirma que cualquier totalidad tomada como la más
completa también funciona de otras formas como parte de una totalidad
superior. Solo al admitir que ningún
nivel es el máximo o mínimo permitido puede el organicismo mantener su fe en la
interdependencia constante de la unidad y la pluralidad, lo total y lo parcial,
el espíritu y la materia. Ya que el organicismo acepta el cambio como la máxima
característica de la existencia ve a toda totalidad, incluyendo al universo,
como cambiante cada vez que hay cambio en sus partes. Los todos cambian
parcialmente en todos con partes diferentes. En cuanto a que son todos con las
mismas partes son los mismos todos pero en cuanto a que son todos con distintas
partes son distintos todos".
"La relación de identidad - la más interna de todas las relaciones
- es parcialmente externa ya que cada relación posee dos fines que al ser
distintos son externos uno respecto al otro". Para el organicismo cada
relación tiene aspectos internos y externos puesto que cada relación tanto
separa sus términos una respecto al otro como los une uno respecto al otro.
"Inclusive la relación de negación que es la más externa de las
relaciones, es parcialmente interna ya que dos cosas no pueden ser su negación
mutua sin ser dependientes entre sí para tal negación".
"Una tesis organicista es que la existencia TAL COMO SE
EXPERIMENTA presenta sus condiciones esenciales aparentes como opuestos polares
y que cada vez que tales polaridades aparecen, NUEVE tipos de explicaciones
teóricas se desarrollan".
En cuanto a los polos "Para
el organicismo ambos polos existen y aquello que es polar existe
interdependientemente, esto es, parcialmente independiente y parcialmente
dependiente de su polo opuesto. Y aquello que es polar es parcialmente
independiente y parcialmente dependiente de sus polos. Aquello que es polar no
puede ser reducido a uno o a ambos de sus polos sea en su totalidad o
parcialmente. Un polo no puede ser reducido a su opuesto ni a aquello que es
polar de forma parcial o total".
Bahm nos indica que "El organicismo es definido en términos
de sus relaciones a las otras 8 teorías (metafísicas). Es dependiente (idéntica
con sus afirmaciones positivas) e independiente de ellas (distintas a ellas en
cuanto que niega sus afirmaciones negativas). Pretende ser una nueva síntesis
debido a la manera como se relaciona con estas 8 teorías y es “nueva” debido a
la forma original en que niega sus negaciones lo que resulta en una nueva forma
de relacionarse y en una nueva técnica operacional respecto a cómo llega a
soluciones de problemas metafísicos y de otros asuntos filosóficos".
El lado positivo de este esquema
es que nos ayudaría a crear una cultura de respeto y convivencia intercultural
planetaria al demostrar que los supuestos más importantes que subyacen a muchas
importantes ideologías y doctrinas religiosas, científicas y políticas serían igualmente
necesarios, surgiendo de la misma capacidad de pensar en relación a LO QUE ES
(posteriormente trataré de abundar en este particular). La EQUIVALENCIA entre
estas metafísicas y su mutua necesidad en un posicionamiento simétrico nos
demostraría que no habría necesidad de andar peleándonos a nivel mundial para
reafirmar y defender los supuestos que subyacen a las tradiciones, ideologías
y/o doctrinas con las que personalmente nos identificamos. Desde una lógica de
relación y de complementariedad (a mi modo de ver una de las tres lógicas
primordiales permitidas por el Principio de Identidad) habría que reconocer la
igual importancia de las ocho posiciones metafísicas siempre y cuando nos
limitemos a entender la realidad como existencia contingente. Las ocho
posiciones metafísicas serían válidas en todas las realidades contingentes como
las tres subdivisiones clásicas de la realidad (a veces llamada “La Gran Cadena
del Ser”) en mundos físicos, mentales y celestiales reconocidos por algunos
tratados védicos, budistas, por teologías místicas sufíes y por filósofos perenialistas
como Lovejoy.
Según Archie J. Bahm, “Organicismo”
significa aceptar como simultáneamente válidas las afirmaciones positivas de
las ocho “metafísicas” así como rechazar sus mutuas negaciones exclusivistas. Además,
Bahm en su libro “Organicism: Origin and
Development” demuestra con rigurosidad lógica cómo las afirmaciones esenciales
de aparentes opuestos irreconciliables tienen “sentidos” o formas de ser
razonables en los que además de ser opuestos claramente distinguibles también pueden
ser complementarios, suplementarios y simultáneamente válidos. Además al
reconocer el sentido excluyente de una
afirmación y el sentido complementario se descubre una lógica rigurosa que trasciende a un Principio de Identidad que
solo produce interpretaciones clásicas con el medio excluido. En otras palabras el “Organicismo” de Bahm
abre las puertas a una lógica más amplia y comprehensiva y a una ampliación de
lo que entendemos por el “Principio de
Identidad” A = A.
El lado negativo de este esquema
es que no nos ayuda a trascender la tendencia hacia un relativismo metafísico y
filosófico actual en el cual da igual aceptar una verdad o posición metafísica que
otra, un fundamento indivisible (como la unidad trascendental en el Vedanta) o
uno dividido (como en el Dualismo). Daría igual el espíritu o la materia. Por eso creo que aunque el organicismo de Bahm
supera las relaciones dicotómicas de la lógica clásica y es un avance
filosófico importante (incluye y trasciende las relaciones opuestas con el
medio excluido sin que este tipo de relaciones dejen de ser necesarias) este
aún permanece fundamentado en la dualidad llegándose a entender al cosmos como
un organismo autosuficiente bajo tensiones polares dinámicas.
En este ensayo intento ir más
allá de lo pensado por Archie J. Bahm al hallar que su esquema organicista conjuga
bastante bien con un aspecto esencial de otro modelo que pretende superar e
incluir a la pre modernidad, la modernidad y a la posmodernidad: la “Teoría (o Meta Teoría) Integral” del
(filósofo y místico) Ken Wilber. Desafortunadamente,
en parte por ser una evolución del
pensamiento liberal occidental-estadounidense, por ser un filósofo
budista auto didacta, y por haber sido uno de los padres de la sicología
transpersonal, no se sabe cómo catalogar al trabajo de Wilber que aún no es muy
reconocido en los medios académicos internacionales.
Los elementos que Wilber denomina
“cuadrantes” coinciden con algunas
ideas de Bahm y a mi modo de ver se originan en extremos polares como
subdivisiones duales de lo inefable y estas subdivisiones representan áreas (o
modos) de expresión ontológica así como de interpretación y experiencia
epistemológica. Su modelo integral también incluye “niveles” (de desarrollo), “líneas”
(capacidades o formas inteligentes de organización), “estados” (de consciencia, de materia, de sistemas de cosas, de
organización cultural) y “tipos”
(tipologías); cinco “elementos” con
los que la realidad se expresaría, y con los que podríamos relacionarnos tanto ontológicamente
como epistemológica y/o interpretativamente.
Interesantemente, el origen de los
“cuadrantes” de Wilber (formando
áreas de relación ontológicas y epistemológicas en cuanto a lo subjetivo, lo intersubjetivo, lo objetivo
y lo inter objetivo) coincidirían
con los extremos de los opuestos polares dentro del diagrama organicista de
Bahm que contiene a las ocho metafísicas mutuamente necesarias para que se
establezca un diálogo dinámico apto para promover una comprensión cognitiva que
podría continuamente desarrollarse sin ser finalmente alcanzada. Los “cuadrantes”
(un aspecto fijo o estático de los “cinco
elementos” de la Teoría Integral) y los restantes cuatro “elementos” que estos
contienen (los “niveles”, “líneas”,
“estados”, y “tipos”) serían las expresiones estructurantes de lo
simultáneamente completo e incompleto, del “holon”
o manifestación organizativa fundamental bajo la cual supuestamente se presenta
todo lo existente contingentemente (como parcialmente completo e incompleto) o
toda “ocasión” como diría A.N. Whitehead si nos limitáramos a su
realidad existencial como proceso dinámico.
A mi modo de ver, tanto la Teoría
Integral como el Organicismo parten de una dialéctica entre cuatro opuestos
fundamentales o primarios que , a su vez, surgirían lógica y ontológicamente del
Principio de Identidad, idéntico al
Ser Absoluto bajo el viso de lo identificable, experimentable e interpretable a
través del “filtro” o “apariencia” de la dualidad. Ambos modelos reconocen a lo
ontológico y a lo epistemológico como inextricables y dan algunas de las
primeras pautas para desarrollar una Filosofía
Mundial Integrativa. Además
coincidirían en parte con varios principios básicos detrás del “Pensamiento Complejo” de Edgar Morin, de los intentos por
desarrollar una “transdisciplinariedad”
de Basarab Nicolescu y del “neo realismo” de Roy Bhaskar. También serían compatibles con estudios de la auto
organización y ciencias de la complejidad.
Deseo nuevamente hacer hincapié que
el concepto del “HOLON” (una parte
que es simultáneamente un todo y algo incompleto) de Arthur Koestler también sería sumamente aplicable al intento de una
filosofía integrativa post posmoderna
así como un suplemento necesario a todos estos esquemas conceptuales puesto que
podría representar a lo existente como fundamentado en lo no dual y estable así
como una expresión dinámica e incompleta pero dependiente de lo estable.
La aproximación filosófica
clásica (que desemboca en un relativismo inconsistente en la posmodernidad) de
distinciones claras y específicas sería una primera fase filosófica
permitida por una comprensión dicotómica
del Principio de Identidad. Esta fue y aún es necesaria para diferenciar
racionalmente y metodológicamente los ámbitos de la cotidianeidad, la religión,
el mito, la ciencia y el logos, ámbitos que anteriormente – antes del
pensamiento “racional” y “clásico” - se hallaban prácticamente fusionados en la
experiencia humana. Luego, la aproximación filosófica horizontal o igualitaria
(en la cual la complementariedad de los opuestos y sus correspondientes
versiones metafísicas pueden subsistir) sería
una segunda fase filosófica permitida
por una comprensión complementaria del Principio de Identidad. En esta segunda fase
lo Interior en relación a lo Exterior y lo Unitario en relación a lo Múltiple (polaridades
básicas generadas por el ser entendido y manifiesto de forma dual) tendrían el
mismo valor y ninguno predominaría sobre su opuesto complementario. Esta fase
también sería más reconocible bajo una forma “fusionada” y poco sistemática en
culturas pre modernas con una relación de intercambio equitativo cercanas a la
naturaleza.
En una tercera fase lógica también permitida por el Principio de Identidad (al que bien podríamos llamar un “Principio de Identidad Integral”) la
filosofía retornaría a jerarquizar las diferencias, polaridades y posiciones
metafísicas según la prioridad de lo interior e indivisible por sobre lo
aparente. Dicho de otro modo, la primera fase de la filosofía adrede racional haciendo
uso del medio excluido prioriza lo exterior y múltiple o al “otro” aparente para juzgar y entender
la realidad, incluyendo frecuentemente la realidad subjetiva, cultural e
interior. Luego en la segunda fase se reconocería la igualdad racional y
relacional entre lo Interior y Exterior, y entre lo Indiviso y lo Múltiple.
Esta sería una fase intermedia representada por el Organicismo, por una gran
parte del pensamiento posmoderno y por filosofías excesivamente igualitarias.
Finalmente, en la tercera fase se reconocería que las divisiones necesarias
para un mundo contingentemente existente se originan implicancias sobrepuestas
a un fundamento identitario que trasciende, sostiene y contiene estas
divisiones. A este fundamento original podríamos
llamarlo “Ser absoluto”, “Aquello que Es”
o “el Ser”.
Las "tres fases" representarían
tres formas de lógica y de causalidad intrínsecamente inseparables en todo lo
que se manifiesta y a través de las cuales el
Ser continuamente sostiene,
relaciona y organiza a lo contingente y lo contingente – mientras funcione bajo
la vivencia de lo distinto y separado - siempre tendría que tratar de auto
perpetuarse extendiendo vínculos hacia lo que aparentemente se halla fuera de
sí.
Aquello que ES
Todo lo que experimentamos,
percibimos o detectamos tiene la cualidad de SER tanto en el ámbito de lo
cualitativo como en el de lo cuantitativo. Inclusive (en un sentido
parmenidiano) al pensar en lo que no es se reconoce algo en ese “no es” (es
algo que no es). Si reconocemos a LO QUE ES (la identidad primaria, el ser o
noumenon más esencial detrás cualquier detección, interacción, develación,
interpretación y reconocimiento) podemos empezar construyendo una filosofía específicamente
definida y mutuamente excluyente de definiciones opuestas compitiendo por la
supremacía. También, en un nivel de abstracción superior basado en la complementariedad
de las posiciones filosóficas podemos realizar una “filosofía de la filosofía” (o “meta
filosofía” en un sentido derivado de “meta teorema” o de “meta abstracción”
del filósofo analítico Quine). Finalmente, podemos llegar a lógicamente entender
que el ser como propio a sí mismo es aún más fundamental (y mutuamente
inmanente en la diversidad) y entre polos opuestos complementarios por lo que
podemos construir una filosofía de la inmanencia
mutua en la trascendencia. Como
demostró Nagarjuna (y se representa
en la escuelas Indias de lógica que proponen al “Catuskoti”) no hay nada que pueda demostrarse de forma final,
absoluta, completa y coherente utilizando elementos de juicio comparativos clásicos
y elementos de juicio complementarios pero exteriores lo que se desea demostrar.
Si incluimos simplemente a “P” como un elemento más tendremos al “tetralema” compuesto de cuatro
elementos lógicos inseparables pero si queremos contrastar la dinámica polar
entre P y No-P surgen tres momentos de relación que son (en la versión
afirmativa o positiva): P o
No-P; Ambos P y No-P; ni P ni No-P. El primer momento se asocia a una lógica
clásica (generalmente considerada occidental, “racional” y moderna)
aristotélica. El segundo momento se asocia a una lógica de la complementariedad
y de la RELACIÓN característico de muchas culturas consideradas “pre-modernas”
en las que se subraya una relación viva y sinérgica con la existencia contingente
o la naturaleza en todos sus niveles. El tercer momento se asocia a una lógica
recursiva aparentemente infinita que
conduce a la interiorización de una lógica de interconexión perpetua de
relaciones y recursiones contingentes representada por la imagen de la “Red de Indra”).
La tercera lógica permitida por lo
que más bien podría llamarse el “Principio
de Identidad Integral” requiere del reconocimiento de la existencia
mutuamente implicada, no solo de los opuestos polares sino también de toda
cosa, evento, experiencia y ocasión que (representada por el “holón”) es simultáneamente completa e
incompleta o todo y parte. Así vemos que nada que pueda definirse aparte de su
propia interioridad indefinible es en última instancia una definición real sino
como diría Wilber sería una REVELACIÓN
(según el método usado) inextricablemente acompañado de una INTERPRETACIÓN según el nivel de
comprensión y el método utilizado para revelar. Se revela algo ontológicamente
real y se interpreta según subjetividad. Quizás Kant también lo entendería más bajo
el aspecto de interpretación. Solo la experiencia no dual sin objeto podría
trascender a los modos lógicos de entender.
Cabe notar que la inmanencia
mutua también se personifica en el símbolo del Yin/Yang con una pequeña (y probablemente fractal) representación del
opuesto dentro de cada polo, sugiriendo que en su interior se halla su opuesto
y que se puede superar la diferenciación.
Más allá de esta tercera lógica
de lo mutuamente implicado o inmanente obviamente queda aquello que simplemente
Es pero que no se puede calificar y que (salvando las diferencias) también
correspondería al “Noúmeno” de Kant. Por esto Nagarjuna utilizó el recurso de llegar a los límites de la lógica
para ayudar a quienes insistiesen en reconocer en la budeidad el
(metafóricamente hablando) “vacío y plenitud” de lo innombrable finalmente convencidos
que es necesario abandonar toda búsqueda contrastante, complementaria e
inclusive el propio límite lógico logrado por Nagarjuna posiblemente referente
a una infinita recursión entre los interiores de lo existente.
Lo que ES (el Ser en sí mismo)
visto e interpretado bajo la apariencia y experiencia de la dualidad y
limitación (necesaria para la existencia relativa, la interacción con ella y el
cambio) implica que (al menos mental y comparativamente) hay un “otro” o un
supuesto “aquello que NO ES” y esta relación simultáneamente asimismo implica a
lo que ES como a un UNO indivisible y a lo que NO ES como a un “otro”, o un
según que implica más de uno, el origen de la subdivisión, la multiplicidad, la
pluralidad y la multiplicación.
Por ello dentro de la visión dual
(al experimentarse y reconocerse divisiones “lógicas” en el ser) la No-Dualidad de lo que ES (el ser en sí
más allá de las distinciones) genera cuatro “extremos” polares definidos,
complementarios y mutuamente inmanentes pero, en última instancia, dos de ellos
reales y dos de ellos contingentes-relativos. Por estos cuatro extremos la
epistemología de lo comprensible y la ontología de lo existente representarían cuatro
“dimensiones” que son los extremos polares mencionados: 1) Lo “Individual”,
Unitario o Indivisible; 2) “Plural”, Dividido o Colectivo, lo “Interior” (lo
que es propio a sí mismo o Interior a sí mismo) y lo “Exterior” o públicamente
objetivo, un “otro” que se distingue subjetiva y públicamente.
Mientras que los “cuadrantes” de Wilber (el más fundamental
de sus “cinco elementos”) combinan a los cuatro extremos polares de dos en dos
formando cuatro áreas de realidad e
interpretación (lo “INDIVISIBLE” –que él llama “Lo Individual” - con lo “INTERIOR” resulta en el cuadrante de lo “Subjetivo”; lo “INDIVISIBLE”
con lo “EXTERIOR” resulta en el cuadrante
de lo “Objetivo”; lo “PLURAL” con lo “INTERIOR” resulta en el cuadrante de lo “Intersubjetivo” o
“Cultural”; y lo “PLURAL” con lo “EXTERIOR” resulta en el cuadrante de lo “Inter Objetivo” o “Sistémico”. Los “niveles”, “estados” “tipos” y las “líneas” que son otros elementos
necesarios para describir la realidad comprensivamente pueden representarse
dentro de los “cuadrantes” y por ello estos últimos serían más fundamentales.
En el esquema de Archie J. Bahm
(donde las ocho metafísicas que corresponden se sitúan a lo largo de dos líneas
cruzadas) la metafísica llamada “Vedanta”
(que solo admite una realidad) correspondería al extremo definido como “lo
Individual” y su extremo opuesto simétrico sería el “Dualismo” (que admite dos realidades metafísicas tales como “espíritu”
y “materia”). También la metafísica
básicamente llamada “Espiritualismo”
correspondería al extremo definido como lo “Interior” y la metafísica
básicamente llamada “Materialismo”
correspondería al extremo definido como lo “Exterior”.
El Inicio
Recapitulemos: Existe un
espectro de posiciones metafísicas ubicables dentro de una estructura
conceptual simétrica en la que todas son necesarias para que esta estructura sea
consistente. La estructura depende de la relación dinámica entre polos opuestos
complementarios ocupados por posiciones metafísicas fundamentales. Para que
exista esta relación debemos empezar con una división importante considerando
que lo que simplemente “ES” (una realidad ontológica y de comprensión indiferenciada)
implica (bajo un juicio y experiencia dual) una distinción o diferenciación
primordial: lo que NO ES. Pero esta diferenciación también es y es algo que se
puede reconocer en contraste en base a la Identidad original o
Ser original. Inclusive lo que no es....es. Sin referencia al Ser original, el “no ser” no se podría concebir
ya que es un “no ser” relativo y no ABSOLUTO.
Luego, aquello entre lo que es y lo que no es implica una relación, esto es, un tercer
elemento o un tercer momento metafísico primordial estructurante que es
ontológico y epistemológico. Lo holones reflejan estos 3 momentos así como
las tres lógicas principales y la posible existencia de tres variedades principales
de realidad (la Causal, la Mental y la Física).
En un primer momento metafísico tenemos lo que
es; el Ser y lo que ES implica algo indiviso, suficiente y propio a sí mismo
pero en un sentido dual también implica la existencia de "lo que no
es", o un "otro" exterior. En esta relación dual (ya en un
segundo momento metafísico) tendríamos a lo "interior" y a lo
"exterior" y por eso mismo inextricablemente tendríamos un lo
individual, unitario o indiviso y lo colectivo, diviso, plural.
Por ello surgirían CUATRO “dimensiones” siempre basadas en la relación entre lo que ES de
modo absoluto y las apariencias implicadas desde una comprensión dual,
relativa, polar o contingente. En breve, surge lo individual, lo plural, lo interior y lo exterior. Y estas "dimensiones" definirían cuatro "espacios" de manifestación o (según Wilber) "cuadrantes" según los cuales se manifiesta los objetos y seres de la realidad y según los cuales se puede revelar o interpretar a los objetos y seres de la realidad.
Aquello que ES dualmente hablando
implica una subdivisión entre el “sí
mismo” de lo que simplemente ES como uno indiviso y un “otro” exterior que
simultáneamente muestra de forma relativa que existe algo más que la unidad; un
“otro” como una dimensión de subdivisión o pluralidad. Así surgen las cuatro
“dimensiones” del Ser entendidos como una expresión dinámica bajo la finitud y
la dualidad: lo indiviso (normalmente denominado lo “individual”), lo plural o “colectivo”,
lo propio a sí mismo o “interior” y lo ajeno a sí mismo o “exterior”. El Ser en sí mismo y como unidad trascendería pero
incluiría de forma Panenteísta (no panteísta) y sin estar limitado a todo el
mundo relativo que se generaría expresado en cuatro áreas o cuadrantes
primordiales: Lo Interior y lo Individual combinados formarían el cuadrante de lo subjetivo
o de lo intencional; del Ser
como conciencia individualizada, imagen de lo inefable y lo bello como nuestra
experiencia primaria de ser individuos conscientes.
Lo Interior y lo Colectivo
combinados entre sí formarían el cuadrante de lo intersubjetivo o cultural, cuadrante del reconocimiento del “otro”
subjetivo generando en el encuentro (como en un “Tinkuy” andino) un “tercero”;
que en términos positivos lograría un acuerdo para el Bien común.
Lo Exterior y
lo Individual combinados entre sí formarían un “otro” exterior como objeto único, individual y
colectivamente (esto es “objetivamente”) identificable. Lo Exterior y lo
Colectivo combinados entre sí formarían a la inter objetividad o sistemas
de objetos.
Los cuadrantes pueden naturalmente contener o expresar métodos de indagación (como la fenomenología y la introspección y la
sicología “más científica” basada en estudios estructuralistas para el cuadrante “subjetivo”; la etnometodología y la hermenéutica para el cuadrante
intersubjetivo (o cultural); la autopoiesis
y el empiricismo para el cuadrante “objetivo” y la autopoiesis social y la teoría
de sistemas para el cuadrante inter
objetivo) para así descubrir cada aspecto principal de la realidad que
representan.
El diagrama anterior (de Wilber) muestra las 4 "dimensiones" básicas combinadas en 4 áreas de expresión o
"cuadrantes", cada una con sus propios "métodos" (en ocho "zonas" metodológicas) para
descubrir correspondientes aspectos de la realidad y experiencia. Todos los
descubrimientos de la humanidad estarían ligados a estas "zonas" y
"cuadrantes" y el origen común a los cuadrantes permitiría una visión
integrada y mutuamente necesaria de los mismos. Por ello – pensando de forma
más completa e inclusiva - no sería posible, por ejemplo, privilegiar lo
psicológico sobre lo objetivo o lo individual sobre lo colectivo a menos que
volvamos a pensar de forma monológica y reduccionista. Adoptar esta forma de
pensar y sentir y vivir constituiría un cambio histórico sin precedentes
conocidos y serviría para vivir más armónicamente en una sociedad planetaria
donde la información, el rol de la consciencia y vínculos transplanetarios se vuelven
imprescindibles.
Los “cuadrantes” derivarían del
momento formativo anterior con tres elementos. Debido a que el cuadrante de lo subjetivo
se expresa, vive, entiende y se entiende en Primera Persona (yo) podríamos
decir (en términos de los valores platónicos del Bien, la Verdad y la Belleza) que estaría representado por la
“Belleza” que principalmente se entiende de forma subjetiva inefable. El
cuadrante de lo intersubjetivo o intercultural se expresa, vive, entiende y se
entiende en términos de relación entre subjetividades. Correspondería al valor
del Bien.
Los dos cuadrantes “exteriores”
(de lo objetivo y lo inter objetivo) se expresan, viven, entienden y se
entienden en Tercera Persona y podríamos
decir que estarían representados por el valor de la “Verdad” o correlación
entre la teoría interior y la observación exterior. Interesantemente quizás la integración
de los “cuadrantes” se podría abreviar simbólicamente con la Bandera de la Paz de Roerich en la integración de los valores platónicos de
lo Bello, lo Bueno y lo Verdadero surgiendo de la unidad del Ser.
Mientras los cuadrantes formando
áreas por la intersección entre lo indivisible, dividido, propio a sí mismo y
exterior a sí mismo representan un aspecto simétrico estático, sus relaciones y
los elementos que contienen pueden ser dinámicos. Por otro lado, las filosofías
interpretativas o metafísicas posicionadas a lo largo de las líneas que se
intersectan equidistantemente (siempre formadas por los mismos extremos
polares) se relacionan a través de la posición central u Organicismo.
Solo el Absoluto Trascendente o Ser Absoluto (que bajo una comprensión más profunda corresponde a - por ejemplo - lo que llamamos Dios 'Padre', Alá y Adi Buda y otros nombres para este ABSOLUTO NO DUAL) trasciende e incluye las metafísicas complementarias que se adecuan a la visión de Bahm. Este Absoluto lo podemos entender como con carácter impersonal, personal e interpersonal, lo cual también refleja el "principio ternario universal" pero asimismo trascendería este principio más allá de toda comprensión definible. Sin embargo se le puede vivenciar en estados transmentales de absorción contemplativa y gracias a esos estados también se le entiende transformadora e inspiracionalmente como el más puro e infinito Amor, Poder y Conocimiento que abarca y subsume a todo lo relativo.
En esta "comprensión" de origen no-dual, las tres lógicas se unifican y las principales ideas metafísicas respecto a la relación entre lo absoluto y lo determinado (o contingente o relativo) también se unifican sin perder sus respectivas distinciones. Dios como persona, Dios como poder, Dios como inteligencia universal y Dios como relación de significado vinculante (donde el ser relativo surge de la relación universal) se integran sin incoherencia con su Presencia como creador perpetuo y continuo ex tempore y, por ser ex tempore, también se puede decir que hubo creación a la usanza católica y de otras religiones monoteístas, pero también que la "realidad contingente" es emanación y -junto a los budistas - que no hubo "creación" puesto que lo contingente (lo inherentemente "vacuo" como contingente) podría haber siempre existido como relación infinita in tempore.
La Parte y el Todo
Los modelos de Bahm y de Wilber coinciden entre sí en una visión conjunta aplicable a diferentes áreas de la filosofía. Todas las metafísicas principales son mutuamente necesarias para preservar la simetría que las subyace. La simetría deriva del principio de complementariedad, de relación y de una lógica con el tercero incluido que incluye y trasciende a la lógica del medio excluido.Ya que estas metafísicas subyacen a diversas doctrinas e ideologías (que bajo una lógica menos inclusiva dicotómica, binaria, bivalente o con el "medio excluido", no son compatibles o conmensurables) no habría necesidad de conflictos esenciales entre ellas. Esta es parte de la promesa para el bien de la humanidad de la visión POST POSMODERNA, "integral" o "integrativa". Podría llevarnos a construir un mundo con mayor armonía.
Vedanta
Monismo Neutral
Espiritualismo Emanacionismo Organicismo Emergentismo Materialismo
Creacionismo (versión de Boodin)
Dualismo
El Vedanta correspondería a la dimensión de lo Individual; el Dualismo
correspondería a un otro que implica algo distinto a la unidad y por ende a lo
Plural o Colectivo; el Espiritualismo correspondería a lo Interior o a la falta de
necesidad de objetos para auto definirse y el Materialismo a lo Objetivo o
Exterior.
Es importante resaltar que toda
expresión contingente surgiría combinando los cuatro extremos polares
mencionados y que toda entidad, evento, ocasión, o cosa (sea esta física,
mental o causal -principial) se expresaría, vivenciaría y sería interpretable
como un “HOLON” (término dado por Arthur Koestler para indicar lo que es fundamental
y simultáneamente parte y todo). Y todo “holon”
(como el símbolo “Taijitu” del Yin/Yang) expresaría opuestos definidos (clara distinción
entre partes, entre todos y entre partes y todos), opuestos complementarios (se necesitan mutuamente para ser) y opuestos aparentes o mutuamente inmanentes (el
opuesto se halla intrínsecamente en su par). Los teoremas de Gödel relacionando la consistencia y la incompletud
aplicados a la sustentación lógica de la aritmética serían compatibles con lo
que se entiende de la naturaleza de los “holones”.
Se podría decir bajo una lógica clásica que si un sistema es verificable como
consistente también se hallará incompleto.
La simultanea consistencia e
incompletud de los entes contingentes también puede ser entendida bajo el
concepto de “holon” y (debido a las
expresiones de la realidad según los “cuadrantes”) los entes contingentes siempre
expresarían algún grado de interioridad o subjetividad
en un sentido pan síquico, algún
grado de materialidad objetiva,
algún grado de reglas u orden ‘cultural’
hacia sus partes internas así como siendo partes en relación a todos en los que
participan. También expresarían algún grado de organización sistémica.
La estructura rígida del modelo sería
necesaria para representar fundamentos universales con los cuales podría darse
una evolución abierta. La estructura sería necesaria para que la diferenciación
converja en unidad con grados de libertad, originalidad y dinamismo. Mientras
la evolución de niveles de comprensión se dirigiría hacia el centro unificador
del diagrama (primero hacia la convergencia organicista y luego hacia una integración
aún más profunda), las experiencias subjetivas, la cultura, la complejidad de
objetos materiales y la de los sistemas (las expresiones ontológicas y
vivenciales-epistemológicas de los “cuadrantes”) se dirigiría simultáneamente (aunque no
necesariamente con la misma intensidad de desarrollo paralelo en los cuatro
cuadrantes) del centro hacia “afuera”, o hacia un “espacio” de expansión de la consciencia y
del ser relativos que potencialmente abarca de manera progresiva todo lo que es posible dentro la experiencia de la dualidad. Sería como una respiración hacia lo interior y hacia lo exterior de su propia contingencia, "respiración" sin origen propio ni fin propio pero esencialmente unificada en el Absoluto, No Dual.
Lo Absoluto - sin limitarse bajo una apariencia dual- posibilitaría
la estructura y contendría todo el proceso. Todo se desenvolvería dentro de
estos límites siempre adentrándonos (dicho a la manera de Nicolás de Cusa)
hacia el centro de un círculo cuyo perímetro es infinito.
En este sentido nunca
“saldríamos” realmente fuera del Ser Absoluto. La representación del físico y visionario Nassim Haramein respecto al equilibrio de la energía e información en relación al vacío cuántico o espacial como algo simultáneamente dinámico y bajo una estructura estática permanente y fractal me parece muy apropiada para visualizar esta conjugación entre proceso y estructura. Puede representarse con una geometría de 64 tetrahedros que equilibra los vectores de fuerza en cualquier dirección pero conteniendo la posibilidad de expandirse y contraerse y de girar posibilitando un doble movimiento toroidal constante hacia el niveles fractales interiores y el exteriores. También proyectando luz sobre los 64 tetrahedros o dibujando círculos en las intersecciones puede representarse como la figura llamada "La Flor de la Vida" en el Templo de Osiris en Abidos, Egipto.
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Consideración Teológica y Progreso Filosófico
El problema inicial del modelo simétrico
presentado (limitado a la existencia relativa) sería intentar entender cómo lo
determinado resulta de lo indeterminado. ¿Cómo es que el Ser Absoluto, “no
dual”, “vacío” de distinciones finitas o - en última instancia - más allá del “ser
calificable”, reconocible, incompleto y parcial pasa a sustentar la primera
distinción ilusoria (en la que el Ser Absoluto implica a un no-ser) que asimismo
implicaría a un tercer elemento de relación? ¿Qué o quién hizo que se pase del
Ser como sí mismo y sin un “otro” a la primera distinción dual necesaria para
generar la realidad contingente, los cuadrantes y los holones? Fue un acto
voluntario? ¿Transfiere el Ser Absoluto parte de su ser a los seres
contingentes? ¿Aunque las ocho metafísicas fuesen simultáneamente correctas
desde una perspectiva de relación complementaria la ausencia del concepto
original cristiano de creación ex nihilo (por
amor y simultáneamente con total libertad del Ser como un Dios personal (theos)
en el modelo de Bahm nos indica que falta algo?
Se puede decir que lo determinado existe aparentemente por voluntad del Absoluto creando ex nihilo y que, asimismo, como nada se halla fuera del Absoluto, a pesar de su apariencia, contingencia y de ser "determinado" es en esencia "Real". Lo Absoluto (o El Absoluto) contendría y trascendería las expresiones del ser como cosa, sujeto y relación intersubjetiva. Contendría y trascendería su capacidad infinita de crear por lo que no estaría obligado a crear inevitablemente desbordándose como los emanacionistas han propuesto. El Absoluto puede crear, sostener-preservar, manifestar y participar con su Ser siendo este el Real ser de los seres contingentes pero participando sin estar limitado a lo contingente. Da el Ser sin perder el Ser. Es por lo tanto el PANENTEÍSMO una versión apropiada. No salimos jamás del Ser sino que participamos de su "sueño" que a la vez es creación y emanación sin contradicciones.
Y en la expresión del Absoluto dentro de la experiencia y ontología contingente y dual surgen los cuadrantes simultáneos y por lo menos 8 metafísicas fundamentales sirven dentro de la lógica de la complementaridad para ingresar de forma parcial dentro de a una explicación racional hacia el todo. En esto, el materialismo y el idealismo y/o espiritualismo son mutuamente necesarios como lo son aseverar con el Vedanta que la realidad es Una o con el dualismo (no confundir con "dualidad") que existen dos fundamentos opuestos de la realidad.
Todos los estados de
materia posibles implicados junto a todos los estados y niveles de consciencia en
trinomio del Ser, del no-ser y de su relación?
Sea como fuere que lo determinado
diera existencia a lo indeterminado, el modelo incipientemente presentado en
este ensayo mostraría un profundo vínculo con lo que podría denominarse un “principio ternario universal”. El
principio sería metafísicamente previo a los cuadrantes pero los estructuraría. El tercer factor surge de la relación entre el ser y (aparente) no-ser.
Estaría presente en las tres formas lógicas, los tres supuestos niveles
(físico, sutil-mental, causal-celestial) de la realidad contingente, y todos sus
elementos estarían mutuamente implicados, posiblemente y cada cual generaría sus
propios principios causales. Ampliaríamos a una forma de simetría metafísica
más fundamental e integral en la cual la diversidad y la “otredad” se conectarían
con la unidad del origen indeterminado.
El inicio de una filosofía
integrativa post posmoderna podría darse con el descubrimiento filosófico
gradual de la realidad primordial detrás del principio ternario el cual
aparentemente ya filósofos y contemplativos de varias religiones han percibido
e interpretado de modos compatibles. La
separación entre los que ES y la apariencia de lo que no es sería una brecha de
ejemplificada como un caos (en un sentido griego original) con el
cual los seres contingentes y determinados tendrían que pugnar. Este "caos" también sería posibilidad vital y de multiplicación, diferenciación y variedad y sería consistente con la idea andina del "uku pacha", una fase del mundo integrado por la relación que está por verse, como surgiendo de la tierra, con posibilidades futuras (inclusive si queremos relacionarlo hoy en día con el mundo de la "retrocausalidad" permitido por ecuaciones cuántico-relativista como la ecuación de Klein-Gordon).
La versión simétrica
complementaria que he presentado anteriormente también me hace pensar en cuatro
tipos o formas de practicar metafísica y filosofía en general. Retornando al
origen de los cuadrantes, la dimensión "Individual" o de lo indiviso
correspondería a una forma más Holística
- sintética – intuitiva de hacer
filosofía. La dimensión "Plural" correspondería a una forma más analítica de hacer filosofía (analizando las partes). La
dimensión "Interior" correspondería a una forma
más racional de hacer filosofía (como en la tradición griega-racionalista
dominando sobre los jonios y retardando a la ciencia empírica). La dimensión "Exterior" correspondería a una
forma más empírica de hacer
filosofía.
Forma holística
Forma
racional
Forma empírica
Forma analítica
Las tres formas de utilizar el
Principio de Identidad útiles para tratar de entender metafísica que podría ser
la “realidad” también podrían considerarse como 1) ser relativo o no ser
relativo 2) ser relativo y/o no ser relativo y 3) ni ser relativo ni no ser
relativo. Todas serían necesarias pero, bajo la perspectiva de la tercera forma
lógica, la forma racional y la forma holística serían superiores porque
disminuiría la dependencia con lo exterior y con lo plural (que resultan de la
dualidad inicial necesaria para que exista la realidad contingente).
Pienso que el "modelo simétrico"
donde todos los componentes son mutuamente dependientes es una etapa necesaria
que puede ser subsumida por otra aún más fundamental y superior sin perder
rigor. Aun así pienso que es necesario simultáneamente aceptar e incorporar las
tres formas lógicas principales y expresiones filosóficas correspondientes para realmente
armonizar con el Ser No Dual que las sostiene y expresa.
Creo que para que la metafísica
pueda reactivarse con interés y pasión resolviendo integrativamente preguntas fundamentales que han
quedado pendientes a lo largo de la historia hay que considerar que el avance filosófico progresaría de
lo conceptualmente cuasi indeterminado y “pre racional” pero fusionado con la
experiencia vital y “mitocrática”
del mundo (como probablemente diría el amigo filósofo Gustavo Flores Quelopana), a una primera fase explícitamente
racional-lógica basada en lo rígidamente determinado con una lógica clásica
(sea de tendencia empiricista o racionalista), a la nueva síntesis
horizontal-egalitaria-simétrica basada en la complementariedad, y finalmente a
la re-valuación de una lógica fundamentada en relaciones interiores mutuas que
sin embargo incluya y organice de forma coherente y rigurosa a todos los logros
filosóficos y científicos anteriores.
El conocimiento científico-práctico
logrado por el uso de la lógica en "primera fase" tendría que ser superado por el
que se lograría con el uso de la lógica en "segunda fase" y con el de "tercera
fase". Probablemente civilizaciones más antiguas o avanzadas que la humana ya hayan
logrado muchas aplicaciones prácticas y avances utilizando metafísicas que incorporan
formas de relacionarse con la realidad basados en las lógicas más inclusivas
que hemos estado estamos vislumbrando.
Pienso que "ellos" conjugan muy bien bajo una ciencia más amplia y físicamente práctica, el rol de lo psíquico con lo material. Y en esta práctica pienso que también conjugan muy bien la interconexión "no-local" con la "clásica" o "local" y creo que para lograr esto por lo menos utilizan una lógica conectiva complementaria y con el "tercero incluso". Esta lógica (quizás sin definirla exactamente como un occidental moderno lo haría) podría haber sido vivida por pueblos originarios hoy llamados "pre-modernos". Si nosotros llegáramos a crecer hacia un modo social y cultural "post posmoderno" redescubriríamos esa forma de ser, de vivenciar pero - idealmente - reteniendo la mayor capacidad de diferenciar y discriminar adquirida en la modernidad.
Bajo el énfasis de la primera
fase lógica (ser o no ser) con el medio excluido determinante, todas las
posiciones metafísicas bien sustentadas acerca de la realidad experimentada y
entendida contingentemente son dignas y no carentes de razón pero pugnan por un
reconocimiento exclusivo a costa de las otras. Bajo el énfasis de la segunda fase
lógica más inclusiva (ser y/o no ser) todas las posiciones metafísicas son
equivalentes y aunque esto nos ayuda a apreciarlas junto a sus relaciones e
interconectividad también nos mantiene en un relativismo. Luego, bajo el
énfasis de la tercera fase lógica (ni ser ni no ser) descubrimos que el mundo
contingente no puede ser comprendido en relación a objetos materiales o
conceptuales exteriores inutilizando tanto a una lógica clásica exclusivista como
con a una lógica de la complementariedad excesiva. Bajo la última fase lógica se
tiene que empezar a re-valorar a la trascendencia pero no como a un objeto
exterior a ser alcanzado.
Ahora me
aventuraré en un terreno más especulativo y controversial porque toca conceptos
religiosos aunque aparentemente el lograr reconciliar con ellos será necesario
para lograr una Meta Teoría realmente Integral y filosofía post posmoderna bajo
la premisa que toda verdad metafísica y todo conocimiento científico y "principial" válido puede ser incluido e integrado. También es una recuperación se sentido o significado vital por sobre el cinismo, el desencantamiento y la descomposición generada por los excesos excluyentes de las (parcialmente válidas) visiones modernas y posmodernas.
Al ‘aparecer’
la dualidad primordial (el aparente no-ser) también aparecería una brecha de
posibilidades inconexas y sin orden, un “caos
primordial”, un “Uku Pacha” de
potencialidades queriendo concretarse en la experiencia y nacer, una “matriz ventral ctónica” situada entre
los seres contingentes e incompletos pero parcialmente definidos, organizados y
ordenados y el Absoluto. Esta brecha que reconectaría lo contingente con el Absoluto
entendido con cualidades (o un “Saguna
Brahman” entendido bajo metáfora) sería superada por dos elementos reunificadores
del “Principio Ternario Universal” (que
a pesar de los términos a continuación no se limita al cristianismo): El Logos como principio inteligente
ordenador y el Espíritu Santo o vínculo
inmanente conectivo (como serían las “Energías de Dios” mencionadas en el
cristianismo ortodoxo y como quizás lo propondría un emanacionismo que daría
lugar a diferentes grados de realidad “Exterior” o material en cada uno de los
tres planos de la realidad contingente).
Haciendo referencia
al Vedanta, la Cabala y al Cristianismo (y podría también hacerse referencia al
sufismo islámico y al budismo entre otros) este Principio
Ternario Universal auto consistente e integrador se podría representar desde la perspectiva de los “cuadrantes”.
Recordemos que el cuadrante superior izquierdo es el cuadrante de lo "subjetivo", el superior derecho es el cuadrante de lo "objetivo", el cuadrante inferior izquierdo es el cuadrante de lo "intersubjetivo" y el cuadrante inferior derecho es el cuadrante de lo "interobjetivo".
Cuadrante Superior-Izquierdo
El Absoluto - el "Padre" (en un sentido místico de teología negativa)
Se habla en primera persona gramatical
Es el primer componente "AIN" dentro del Ain Sof Aur
Correlaciona con el "Ananda" védico y con la "Belleza" como valor platónico
Cuadrante Superior-Derecho
El Logos para objetos individuales
Persona gramatical "ello" y "eso" (tercera persona "it" en inglés)
Componente "Ain Sof" del Ain Sof Aur
Correlaciona con el "Chid" (conocimiento-consciencia de) védico
Correlaciona la "Verdad" como valor platónico.
Cuadrante Inferior - Izquierdo
El vínculo inmanente - las "energías de Dios" - Espíritu santo
Segunda persona gramatical implica reconocimiento del otro
Lo intersujetivo
Correlaciona con el "Sat" védico. Ser relativo es ser en relación
Correlaciona con el "Bien" como valor platónico
Cuadrante Inferior - Derecho
El Logos para objetos en relación
persona gramatical "ellos" "esos" ("its" en inglés)
Correlaciona con el "Chid" védico (conocimiento, consciencia de)
Correlaciona con la "Verdad" como valor platónico
Pienso que las ocho metafísicas principales reconocidas por Bahm estarían todas en lo correcto al naturalmente ocupar las
posiciones permitidas por una simetría más fundamental que resulta de tratar de
explicar cómo lo Indeterminado podría lograr
lo determinado. Pienso que no habría contradicción irreconciliable entre ellas (y
el desarrollo de este concepto podría ser motivo de otro ensayo) pero pienso que
también habría que incluir al acto creativo voluntario ex nihilo o sin uso de algo exterior a sí mismo para que el esquema
integrador esté aún más completo.
Como seres finitos, al referirnos
a la divinidad bajo el Principio
Ternario Universal estaríamos
llegando al límite de lo que podemos vislumbrar “con nombre y forma”. Aun así (recordando
las propuestas de Fritjoff Schuon) estaríamos refiriéndonos a un absoluto
respecto a todo lo contingente pero en última instancia podríamos referirnos a
un Absoluto trascendente al absoluto ternario con el que nos hemos relacionado
por sentimiento, bondad y verdad.
Ese sería nétamente el “Ser” indeterminado,
el “Aín” (o el “no” cabalístico pero
sin referencia al Ain Sof o al Ain Sof Aur), el “Padre” de la filosofía
contemplativa negativa, el Buda primordial (o Adi Buda compatible con el
concepto de la única “esencia” carente de vacuidad - de la escuela budista por
largo tiempo (ya no) suprimida por el oficialismo político Tibetano- “Jonang” o “Maha Madyamika”). Sería el mismo Nirguna
Brahman, la "talidad" y el Alá absoluto que reúne a todas las cualidades
divinas en sí más allá del cual no se
puede hablar de otra existencia.
No podemos entender al “absoluto del absoluto de lo contingente”
pero al entender con esta propuesta meta teórica integrativa que “el absoluto
de lo contingente” se expresaría (en relación a lo contingente) como un
principio de tres elementos inextricablemente integrados, podemos asumir (aun desde
nuestra perspectiva contingente-finita) que lo absolutamente ilimitado de su
Ser puede perfectamente hacer uso de un modo
impersonal (en tercera persona como inteligencia cósmica –Logos), de un modo relacional (en segunda persona como
matriz universal y vínculo conectivo orientador – Espíritu Santo) y de un modo personal (en primera persona con
voluntad propia o Dios como θεός o “theos” que sería el Ser Absoluto personal).
De no poder hacer uso de estos tres modos de expresión no incluiría y
transcendería toda posibilidad y no sería el “absoluto del absoluto de lo contingente” Por lo tanto podríamos
considerar en el esquema que podría llevar a desarrollar una filosofía
integrativa post posmoderna la inclusión
de una metafísica creacionista panenteísta (Dios permanece absolutamente
trascendente pero simultáneamente da el ser a las cosas y entes contingentes)
incorporando la posibilidad de utilizar cualquiera de los modos de expresión
contenidos en el “Principio Ternario Universal”, incluyendo la posibilidad de
crear a voluntad.
Conclusión
Hay simetrías estructurales fundamentales
que pueden acomodar una visión metafísica y filosófica más amplia e integrativa
no solo en los parcialmente coincidentes modelos de Archie J. Bahm y Ken Wilber
sino que serían apropiadas para el renacer de una búsqueda de sentido y
comprensión elemental de la “verdad” de forma nuevamente logoica pero más
inclusiva utilizando por lo menos tres tipos de lógicas específicas pero inextricablemente
relacionadas. Esto sería a pesar de la crítica desconstruccionista y anti
logoica posmoderna. Estas simetrías podrían servir de base para superar los
exclusivismos y reduccionismos del filosofar limitado a una lógica clásica.
También podrían servir para reconocer verdades metafísicas complementarias sin
caer en el relativismo. Ellas no se
limitarían a producir una simple equivalencia entre posiciones metafísicas complementarias
como las propuestas por Bahm en relación a la existencia contingente sino que derivarían
de un Absoluto expresado bajo un Principio Ternario Universal que trascendería
a toda existencia contingente aun cuando diera lugar a este tipo de existencia muy
probablemente organizándola, relacionándola y hasta creándola de manera
personal.
Bibliografía
Bahm, Archie J. (1996). “Organicism: Origin and
Development”. Albuquerque: World Books.
Bhaskar, Roy. (2012). “Reflections on Meta
Reality”. London: Routledge, Taylor & Francis Group.
Koestler, Arthur (1978). “Janus: A Summing Up”.
New York: Random House.
Nicolescu, Basarab (2008).
“Transdisciplinarity: Theory and Practice. Cresskill: Hampton Press.
Schuon, Fritjoff (2000). “Survey of Metaphysics
and Esoterism”. Bloomington: World Wisdom Books, Inc.
Whitehead, Alfred N. (1929). “Process and
Reality”. New York: Mc Millan Publishing Co.
Wilber, Ken. (1996). “Sexo,
Ecología, Espiritualidad: El Alma de la Evolución”. Madrid: Gaia Ediciones.
Wilber, Ken. (2007).
“Espiritualidad Integral”. Barcelona: Editorial Kairós.