“Metafísica” es casi palabra tabú luego
de muchas de las críticas anti logo céntricas, desconstruccionistas y post
estructuralistas y otras vertientes de pensamiento crítico que se pueden definir como adalides “de la
posmodernidad” pero creo que hay errores de apreciación muy serios incurridos
de manera autoritaria en nombre de la igualdad. A pesar de sus aciertos, creo
que el excesivo énfasis posmoderno anti jerárquico y pro heterárquico aún se
constituye en una especie de “absolutismo heterárquico” (aunque esto parece una
contradicción y es más un oxímoron).
“Metafísica” no significa necesariamente
“más allá” o “fuera de” la física. Primero, el uso de la prefijo “meta” solo se
refiere a la posición de los libros escritos por Aristóteles acerca de la “ciencia primera”, libros que fueron
física y espacialmente colocados por Andrónico de Rodas al lado, al costado o simplemente
después de los libros de física
(fisis, fusis) de Aristóteles. Estos “libros” trataban sobre los principios que
se refieren a la realidad la cual (superando en parte al pensamiento
aristotélico) puede ser física o no. Por supuesto que el uso de la razón o la
ratio en Aristóteles era muy diferenciante y clasificador (el logoísmo criticado
por varios posmodernos). Para distinguirse de la etapa más mítica de sus
predecesores intelectuales Aristóteles generó la lógica del medio excluido lo
cual estaba muy bien y fue un avance adecuado para su época; avance que no
sirvió para fundamentar el desarrollo de la ciencia y el pensamiento moderno.
La crítica posmoderna al pensamiento de este tipo de “razón” desde
Heidegger hasta la actualidad es a veces excesiva; también reduccionista,
absolutista e imperativa. Lo que propongo es que el Principio de Identidad y
pensamiento logoico no tiene por qué limitarse a la lógica bivalente, del
tercero excluido y que, aunque la crítica posmoderna ES VÁLIDA contra los
excesos del uso de esa lógica, generalmente no reconoce que puede solo tratarse
de una etapa que puede ser subsumida (no eliminada) y trascendida para así
retener lo mejor de la modernidad y la “razón clásica” para un rango de
situaciones mientras que simultáneamente se aprende a utilizar (científica,
culturalmente y en todo aspecto vital) una lógica de la complementariedad que
puede incluir al tercero incluido.
Esa lógica (que también requiere un cambio de conciencia, de actitud y
de sentir) sería más conectiva y – puesta en práctica - nos vincula con más
aspectos de la “realidad” (inclusive aspectos “sutiles” no físicos y hoy
considerados “mágicos” en un sentido ontológico). Esa lógica (aun sin el
concepto abstracto de “lógica” era practicada de forma vivencial (quizás con
muy poca diferenciación, abstracción y análisis) por muchos pueblos hoy
llamados “pre-modernos” y mientras que su superioridad consistía en poder
relacionarse vitalmente con todo (algo que debemos rescatar para co-crear una
sociedad más sana hoy en día, su inferioridad consistía en la pobre capacidad
de diferenciación.
La “metafísica” como un logo
centrismo bivalente basado en el Principio
de Identidad debe llegar a la etapa post
posmoderna también basada en el mismo Principio
de Identidad que asimismo permite un logo centrismo de tres valores. Pienso
que si se abandonase al logo centrismo, las explicaciones filosóficas solo
quedarán en la crítica de los excesos anteriores, servirán para polarizar y no
ofrecerán alternativas significativas y urgentemente necesarias a la sociedad
planetaria en ciernes.
Así como para Basarab Nicolescu
-principal propulsor de la transdisciplinariedad- dos opuestos de carácter físico
(digamos onda y partícula que también se relacionan en estado actual y
complementario, uno respecto al otro) se pueden integrar en un nivel ontológico
superior (el nivel cuántico) que representa al Tercero Incluido, el “pensamiento
andino” con su concepción de “Yanantin”
aplicado al de los “tres pachas”
(“pacha” como conjunto de relaciones, mundo y tiempos) trata de forma quizás
menos abstracta al mismo tipo de “complementariedad” primordial permitido por
un entendimiento ampliado del Principio de Identidad.
La ciencia moderna con sus métodos estructuralistas nos ha brindado la
posibilidad de hallar patrones de desarrollo en los ámbitos, biológicos,
culturales, sociales y psicológicos. Por ello, a pesar de los excesos
destructivos de pensar dicotómicamente clasificando para separar y distinguir
las “partes” para el análisis, (algo muy distinto del aporte de los andinos pre
modernos o ‘tradicionales’), la etapa del tipo de pensamiento racional moderno
y eurocéntrico también aporta un progresivo descubrimiento de más formas de
revelar lo posible. Las “etapas de desarrollo” no hubiesen sido descubiertas
sin los métodos estructuralistas modernos pero tampoco pueden ser descartados.
Se estarían dando etapas de desarrollo cada vez más integrativas o
permitiendo elementos para abarcar de forma consciente más aspectos de las
posibilidades de realidad (o simplemente ‘de la realidad”). En etapas
anteriores a una actitud “integral” o “integrativa” todos los desarrollos del
pensamiento tiene aspectos exclusivistas, incluyendo a la etapa “posmoderna”. Antes
de la toma en consciencia del pensamiento “racional clásico” (con los griegos,
los hindúes y otros como líderes en esto) habría predominado sí en muchos casos
(o en todos no lo sé) un pensamiento como el andino que usaba lo que hoy
llamamos “complementariedad” pero dentro
de marco muy pronunciado de INDIFERENCIACIÓN. Luego, (por ejemplo desde
Aristóteles o desde la filosofía Carvaka en la India) habría ido creciendo en
mayores segmentos de la población un pensamiento apto para la DIFERENCIACIÓN
clara y precisa entre aspectos tratados abstractamente como “cosas” y el mismo
se asociaba a la lógica bivalente, sistematizada por Aristóteles con el medio
excluido. Esta etapa se habría aplicado primero al pensamiento teológico (que
asimismo suprimió por siglos el desarrollo científico ya que trataba de
subsumir todo aspecto de la vida) donde se enfatizaba el aspecto de un Dios
trascendente al mundo y la condena a las “cosas materiales”. Luego al surgir la
“ciencia moderna”, estos dos factores primordiales de la influencia “eurocéntrica”
(de un proceso histórico europeo que los adoptó primero) se extendieron al
mundo actual disminuyendo la importancia de formas de pensar y ser anteriores.
En cada etapa de pensamiento pre integral se trata de suprimir a la
etapa anterior. La diferenciación suprimió a las “supersticiones” de los
pueblos de una etapa anterior de mayor indiferenciación en el pensamiento. La
crítica actual a la diferenciación en parte (pero menos intensamente porque
caería en una contradicción) también trata de suprimir a la
diferenciación.
Actualmente vivimos una fuerte crítica
a la diferenciación sobre todo en el campo académico mundial que (aunque es
parcialmente válida) a la vez puede ser excesiva y totalizante para así seguir
diferenciándose de las etapas anteriores y auto afirmándose en su apego
irracional a su propia etapa que puede comprender. La siguiente etapa post posmoderna sería una de
aprender, preservar e integrar sin exclusión reduccionista irracional (y bajo
un marco subyacente integrativo que permita un crecimiento continuo del saber
en todos los campos), todos los aportes del saber, sentir, actuar de etapas
diversas, todos los conocimientos, métodos y sabidurías del mundo. Esta “etapa”
en realidad sería una nueva “macro etapa” o “meta etapa” (etapa que abarca
múltiples etapas), un “giro” sin precedentes en la historia de la humanidad
pues dejaríamos de escoger una verdad importante creyendo que necesariamente
tenemos que excluir otra u otras. Esto estaría acompañado de una más amplia consciencia
tomada como un espacio que puede abarcar más sin limitarse obsesivamente a un
aspecto particular que ofrece sentido a la identidad personal. Podríamos “ver-sentir-saber”
que el conjunto de verdades se unifica bajo patrones comunes que surgen de lo
indiferenciado.
La indiferenciación es buena pero tiene sus limitaciones. La diferenciación
es buena pero tiene sus limitaciones. La crítica a la diferenciación es buena
pero – en su afán igualitario, anti jerárquico y heterárquico - tiene sus limitaciones tales como las de a veces
tratar de regresionar adoptar románticamente y en exceso las formas sociales de
la indiferenciación. El camino que se abre de ahora en adelante (si no
regresionamos auto destructivamente con un exceso de caos) es uno de inclusión
pero una inclusión integrativa bajo una razón más amplia que (como Ken Wilber indicaría dentro de sus
mejores aciertos) pueda abarcar las perennes categorías de lo físico, lo mental
y espiritual pero tanto en un sentido individual como colectivo o múltiple.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.